Guillermo Hernández Acosta
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Rosalio Rumbo de 66 años de edad lamentó que las nuevas generaciones no se interesen por que prevalezcan las tradiciones en honor al santo patrono de Tecpan
Si hablamos de personajes emblemáticos en la celebración de la Topa del Toro, sin duda son los danzantes que rodean al “Toro de Petate”, entre estos, los “Caporales”, “El Viejo y La Vieja”, mismos que deben de ser representados con fe y respeto, ya que el baile y las reverencias se ejecutan frente a la imagen del santo patrono, en este caso, San Bartolomé apóstol.
La historia de esta celebración no fuera posible sin la presencia de estos personajes, y hoy, uno de los personajes que da nuestra de ello, es el señor Rosalio Rumbo Abarca, que durante casi 20 años ha personificado a La vieja del Toro en la comunidad de El Cerrito, tradición que le fue heredada por su padre y que al faltar, él tomó el vestido y su máscara.
En una amena charla en el corredor de su casa, en dicha población y sabedor de la importancia del Toro del Cerrito en la Topa del Toro que apenas dura unos segundos, don “Chalio” lamentó que las nuevas generaciones no quieran involucrarse en las danzas y solo piensen en la fiesta, olvidando así que el tema principal de la celebración es la fe y la devoción, ir a la capilla y mostrar respeto al santo patrono.
Don “Chalio” recordó con nostalgia a sus compañeros de antaño, a los señores grandes que bailaban con su papá y que hoy solo habitan en el recuerdo, en una comunidad que siempre ha sabido respetar la tradición, “por delante siempre debe ir la fe, el respeto y la devoción”, dijo.
Finalmente, el hombre de 66 años de edad, señaló que aún tiene la suficiente fuerza para seguir bailando, lo mueve más el cariño a esta tradición de casi 200 años e insistió en que las nuevas generaciones deben involucrarse en aprender a danzar, en saberse las letras de los cánticos y cada línea de los caporales, “si eso no sucede, cada año será más difícil encontrar quien haga los personajes de ‘El Viejo y La Vieja'”.