Enfoque Informativo

El síndrome de fatiga crónica afecta a siete de cada 100 mil personas a nivel mundial, de acuerdo con estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Aunque la OMS catalogó este síndrome como una enfermedad desde 1990 y en 1994 establecieron los Criterios Internacionales de Fukuda para diagnosticarlo, su detección es sumamente complicada, porque sus síntomas pueden confundirse con muchas otras enfermedades y no existe ningún examen para su valoración.

Carolina Castillo Castro, endocrinóloga y directora académica de Medicina Interna en el Hospital Zambrano Hellion de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud del Tecnológico de Monterrey, nos habla acerca del reto de diagnosticar este síndrome.

Síndrome de fatiga crónica: cómo se diagnostica

Las personas con este síndrome han descrito que desde que se despiertan se sienten fatigadas, su cansancio aumenta con el ejercicio o estrés (se puede volver incapacitante) y aunque todo mejora un poco acostados o sentados, los síntomas no desaparecen.

El síndrome de fatiga crónica se caracteriza por un cansancio extremo que dura -al menos- seis meses y disminuye la habilidad de la persona para hacer actividades, les afecta en todos sus niveles.

Se acompaña de una de dos criterios, problemas cognitivos, niebla mental y mala coordinación o intolerancia ortostática (permanecer de pie). Los pacientes también presentan dolor de garganta debido a la inflamación de los ganglios linfáticos.

El sueño no es reparador y los pacientes presentan dificultades en la memoria, la concentración y mareos. Se ha detectado que esta enfermedad se presenta en los años más productivos de una persona.

“El principal problema es que la fatiga es un síntoma común en muchas otras enfermedades, por ejemplo, la anemia, problemas del corazón, depresión y ansiedad”, explica Carolina Castillo Castro, endocrinóloga de TecSalud.

Su diagnóstico se da por exclusión, es decir, al descartar otras enfermedades como artritis reumatoide, trastorno del sueño, alteraciones neurológicas y trastornos motores como el mal de Parkinson.

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