Por Baltasar Hernández Gómez

Si no sabes lo que expresas… No opines.

Si no tienes una correcta ortografía… Escribe para ti, pero no publiques por respeto a los demás. No pidas respeto ni subestimes la ortografía, así como tampoco ninguna facultad que tiene la humanidad para comunicar y ser mejores en todos los sentidos.

Si no soportas la crítica al comunicar tus ideas y sentimientos… No expongas tus realizaciones de manera pública. No hay que arroparse bajo la vicitmización o devolver los supuestos ataques.

Si no pronuncias bien tus mensajes… No pretendas expresarlos sin antes reflexionar y ensayar lo que se pretende externar, ya que hacerlo a bote pronto se presta a la confusión. Saber comunicar es saber ponernos en común.

Si quieres respeto, éste se gana… No se exige por ninguna vía, mas que por los hechos… El respeto no es jerarquía ni compromiso u obligación, sino un estado de reconocimiento. Y el respeto se da a quienes con sus actos los obtienen.

Si no soportas opiniones contrarias… No devuelvas tu enojo con ataques infundados… Respeto en la apertura y tolerancia.

Si no deseas ser molestado… No provoques disturbios innecesarios. Trata a los “otros” como te gusta ser tratado.

Si no tienes nada que decir… No digas nada por compromiso o pretender destacar sin razón. El silencio también es una forma de comunicar todo tipo de opiniones y sentimientos.

Si no deseas contacto…No busques ser conectado y menos si es por necesidad.

Si no quieres ser amado… No origines desamor ni separación en nadie.

Si no deseas ser feliz… No hagas infeliz a las personas de tu entorno y más allá.

Si no quieres ser “herido”… No ataques ni te hagas víctima o victimario. Lo mejor es abrirse, reconociendo que nada es personal.

Si quieres todo lo contrario a lo planteado, entonces:

Ábrete a todas las oportunidades, cultívate, agradece, comparte, actúa con el corazón y la razón por estar haciendo lo correcto para ti y para todos… Ámate, ama y deja que te amen.