Por: Noé Mondragón Norato

“Los gobiernos están hechos de dos clases de personas, los que  quieren ser parte del baile y los que quieren dirigirlo. Muy rápido, las aguas se dividen en dos grupos: los que se ponen bajo la luz de otros y los que no; los que quieren compartir y los que quieren encabezar”. La cita es del libro «La Conspiración de la Fortuna» de Héctor Aguilar Camín. Pero cobra vigencia asombrosa en la actual coyuntura política guerrerense.

DESHACERSE DE LOS INSERVIBLES. – El senador Félix Salgado acaba de refrendar con quiénes sí y con quienes no quiere y va a gobernar la entidad. Y puso manos a la obra para dejar bien claro lo anterior: 1.- El primer enroque que hizo el Toro Salgado confirmó que los grupos políticos de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) venden y cacarean una falsa idea de “calidad académica”, para enquistarse y arribar a la administración pública estatal. Pero en el fondo, parecen víctimas de un conjuro que los muestran incapaces. Destinados a ser eternamente cabeza de Ratón al interior de la Universidad y cola de León afuera. Carecen de cuando menos tres instrumentos imprescindibles para enfrentar las presiones en responsabilidades de mayor envergadura: operación política que abre puertas y caminos. Adaptación exitosa a su nuevo mando y condición. Y resultados convincentes que los alejen de las prácticas tradicionales de entenderla. Eso explica por qué no han funcionado. El punto que permite entender su temprana expulsión del poder. Así, El Toro Salgado percibió marcados déficits en la operación política y magros resultados arrojados por Saúl López Sollano, su ex secretario general de gobierno y suplente suyo en el senado. Extraño y desconcertante. Porque Saúl había fungido como coordinador general de asesores de Humberto Salgado Gómez, en el trienio del ex gobernador Ángel Aguirre. Se entendía que había acumulado cierta experiencia en esa Secretaría. Pero el Toro Salgado propinó “el golpe con guante de seda” para jubilarlo del cargo: regresó al senado con el pretexto de apoyar “como ciudadano común” la revocación de mandato presidencial y obligó a López Sollano a retornar también, a la curul legislativa. Y será uno de sus “carnales” quien presumiblemente, lo sustituya en la secretaría general de gobierno: Ludwing Reynoso Núñez, quien aspiraba a la Fiscalía, pero la intervención del presidente AMLO lo sacó de la jugada. López Sollano confirmó así, que sólo quiere ser parte del baile. Y se puso bajo la luz de otros. 2.- En un caso similar se encontró otro “destacado” universitario: el ex rector de la UAGro (1999-2002) y ex diputado local plurinominal por el Partido Convergencia —hoy MC— en la 59 legislatura (2008-2012), Florentino Cruz Ramírez. La circunstancia lo catapultó incluso, por la disputa a la alcaldía de Acapulco. Hasta tiró propaganda desde una avioneta con tal de llegar. Pero no pudo. Los hechos demostraron que estaba “muy verde” para sortear y jugar en las grandes ligas de la política local. El 20 de mayo de 2013, fue designado por el ex gobernador Ángel Aguirre, secretario general de gobierno. Sustituyó a Humberto Salgado. Curiosamente, es el mismo cargo en que fue nombrado en octubre pasado, Saúl López Sollano. La diferencia es que fue en gobiernos diferentes. En los primeros días de julio de ese mismo año (2013), el propio ex mandatario anunció la renuncia “por motivos personales” de Florentino Cruz a la secretaría general de gobierno. Si Saúl López duró tres meses en la Secretaría de despacho, Florentino le ganó: estuvo poco más de un mes. Acostumbrado a meter mano libremente a los dineros universitarios y llevársela de a muertito como diputado local, el ex rector evaluó que iba de excursión como el segundo funcionario en importancia de la administración estatal, sólo después del gobernador. Y filtró por medio de sus más cercanos una vez tramitada su renuncia, que lo tenían “inmovilizado”. Es decir, el dinero no fluyó como él esperaba. Florentino se tuvo que regresar a operar su condición de cabeza de ratón a la UAGro. Como miembro del Grupo Universidad por Guerrero, ha sido beneficiario —también de a muertito— de los dos periodos de Javier Saldaña. Y del actual José Alfredo Romero Olea. Como López Sollano, se puso bajo la luz de otros.

HOJEADAS DE PÁGINAS…Otro de los universitarios que desentona y es igualmente simulador en la actual administración estatal evelynista, es el secretario de Agricultura, Pesca, Ganadería y Desarrollo Rural, Jorge Peto Calderón. Trabajadores de esa dependencia lo acusan de soberbio y prepotente. De intimidar con frecuencia a los trabajadores. Y de acuerdo con el Registro Nacional de Profesionistas de la SEP, no tiene cédula de Doctorado, sino de Maestría en Ciencias emitida por una escuela realmente “patito”: el Colegio de Postgraduados. Los universitarios de la UAGro están reñidos con el ejercicio de la función pública.

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