“Las agrupaciones humanas tienen un propósito principal: conquistar el derecho que todo mundo tiene a ser diferente, a ser especial, a sentir, a pensar y vivir cada uno a su manera”. Vasili Grossman.

Ya he comentado que tengo amigos que militan o simplemente simpatizan con ideologías de todos los partidos políticos de México. La ideología particular de cualquiera de ellos, nunca ha sido obstáculo para desarrollar nuestra amistad, debido principalmente al respeto a las formas de pensar de cada quien. De hecho, no faltan las discusiones respetuosas y el intercambio de ideas, que. No hace, desde mi punto de vista, más que enriquecer nuestro pensamiento. Desde luego que no faltan entre estos amigos, los que de plano llegan al fanatismo y no escuchan o no están propensos a discutir con argumentos, otro tipo de ideas que no sean las suyas, y en el caso que les voy a contar, creo que ni ideas propias, sino más bien la repetición de ideas de otros, que toman por dogmas.

Hace unos días, me reuní con un querido amigo, con quien tenemos cercana amistad desde la primaria. Con el paso del tiempo ya siendo jovenes y luego adultos, era todo un priista de “hueso colorado”, sin embargo, cuando apareció morena, se hizo un morenista también de hueso colorado, lo que me parece que está en todo su derecho. A mi de pronto me gusta hablar de política, lo que hago siempre desde un punto de vista ciudadano, debido a que nunca he pertenecido a ningún partido político, y mi ideología se puede reducir a que mi preferencia es el sentido común sobre cualquier dogma ideológico/partidista.

Asi es que hace unos días me reuní con mi querido amigo de la infancia, y luego de ponernos al día en cuanto a los temas familiares, futboleros y demás, comenzó a platicarme de lo bien que va la cuarta transformación y en general de lo bien que a su parecer va el país. Claro que comenzó la diatriba entre nuestros muy diferentes puntos de vista a este respecto.

En un momento dado, la conversación se fijó en el tema del reciente rechazo de la Ley de la Industria Eléctrica (LIE), comentándome de los legisladores que se habían convertido en unos traidores a la patria, que se habían vendido por 30 MDP.

Le pregunté si había pruebas de ello, y me mostró el video de un diputado de morena que en tribuna decía que él lo sabía porque… “lo había escuchado ya muchas veces en lo pasillos de la cámara”.

¿Y tú crees que eso es una prueba? Le pregunté. Por toda respuesta de su parte, solo obtuve un: Oscar, tú sabes que cuando el río suena…

Entonces le cambié el tema. Poniendo cara de gravedad, le digo: Oye mi Bro, hay algo que siento que debido a nuestra amistad, tengo la obligación de decirte. Dime hermano. Fijando la mirada en la taza de café que tenía enfrente, y como no queriendo mirarlo a los ojos, le digo: Fíjate que me han estado contando ya en varias ocasiones que tu esposa te está engañando. ¿Cómo? Preguntó. ¿Quién te lo dijo? -Hermano, es ya un secreto a voces en nuestro grupo. -Eso no es verdad, dijo ya enojado. -Quizá sean mentiras, pero como me acabas de decir, cuando el río suena…

-Pues eso no es cierto, insistió. Mi matrimonio es sólido, nuestra familia, nuestros hijos, somos felices. Si, tú has sabido que hemos tenido algunos problemas, pero nada que no hayamos odido resolver, además mi mujer es incapaz. Para esto, a cada palabra que decía, su enojo iba creciendo más y la cara se le enrojecía, hasta que ya no aguantó más, y pasando a las malas palabras, me preguntó ya gritando: -¿Quién te dijo? Eso es una infamia. Dime para ir ahorita mismo a partirle la cara.

Le pedí que se calmara y que no hiciera caso de rumores de gente aviesa y perversa, y le agregué: -como el video del diputado que me mostraste. ¿Ves que fácil y sencillo es destruir la reputación de una persona? Mira como reaccionaste. Ya quieres ir a partirle la M…  a no sé quien.

-Es puro cuento Bro, tu linda mujer que también es mi querida amiga, como bien dices es incapaz de lastimar todo lo que han construido juntos. El resto se cuenta solo.

Mi amigo se marchó enojado y sin despedirse, le marqué un par de veces por la tarde y no quiso responder mi llamada. La verdad es que me sentí mal, quizá no debí haber hecho aquello. Lo bueno fue que al otro día temprano, mi amigo me llamó por fin. Estaba en el altavoz del teléfono con su esposa, a quien escuché con plena carcajada diciéndome: -eres un canijo, aquí tu hermanito ya me contó todo el chisme. Continuaba riéndose y mi amigo que aúnno había dicho nada, con voz seria me dijo: – te pasaste mi Oscar, me dio mucho coraje, pero ya platicamos y tienes razón en tu punto: “Si, es muy grave acusar sin pruebas y más aún de un delito como traición a la Patria, solo por el hecho de pensar diferente”, discúlpame. Su esposa aprovechó el momento para despedirse, pidiéndome le saludara a mi esposa y que acordara con su marido cuando nos veíamos. Hasta ahí todo bien, había conseguido que mi amigo recapacitara y que hasta una disculpa me ofreciera.

-Pero, me dijo. Si, dijo PERO… Yo no lo podía creer, dijo: pero si son traidores porque haber votado en contra es contra los intereses del pueblo… etc., etc. Uchale, otra vez la mula al trigo. -Hermano perdóname, tengo que colgar, luego nos vemos, estoy por entrar al banco y corté la conversación.

Claro que no estaba en ningún banco, pero si reflexioné: Cada persona habla desde su propia perspectiva. Escuchar las diferentes versiones te ofrece un panorama más claro y salvo discusiones con respeto y sin mentir, el pensar diferente o nos convierte en enemigos.

Les abrazo.