Oscar Athié.

A los migrantes debería siempre vérseles como lo que son, personas como tú y como yo, simplemente personas, no como aquellos o como “otros”. La enorme mayoría de los migrantes solamente son personas o familias que buscan un mejor futuro para sus hijos. “Un sueño y un pasaporte… como las aves buscamos el norte. Jorge Drexler”.

¿Se trata de que la migración sea una fuente de prosperidad y solidaridad humana entre naciones o un fenómeno marcado por la inhumanidad y los conflictos sociales? Yo empezaría por la necesidad de comprender que el tiempo no se gana ni se pierde, simplemente se gasta, transcurre irremediablemente, y la gente lejos de políticas e ideologías, solamente quiere gastárselo bien… aquí o allá… donde se lo gaste mejor.

La migración es hoy por hoy y entre muchos, uno de los más grandes desafíos que la humanidad enfrenta en nuestra época de cara a la cooperación internacional. Si bien, la migración es un impulso para el crecimiento económico, así como para la disminución de la desigualdad, es cierto que es una fuente de conflictos políticos, y tristemente de tragedias humanas, en la perversa suerte de miles de personas que mueren en el infortunado intento de cruzar desiertos, rios y mares. Esto desde luego que representa un grave fracaso de la política, dado que estas migraciones en masa, en circunstancias desesperadas y no reguladas, alimentan la percepción de que las fronteras están amenazadas así como de que los gobiernos a uno y otro lado, no las controlan.

Hay muchos migrantes que viven y trabajan en forma legal en los países a los que han migrado, sin embargo, son también muchos los desesperados que arriesgan su vida para poder acceder a países en los que se enfrentan a diferentes abusos. En los próximos años la presión demográfica y efectos del cambio climático entre otros factores en sociedades vulnerables, van a provocar un aumento de migrantes. De hecho ya está pasando.

Recientemente vimos lo que sucede cuando se produce una migración a gran escala sin un orden eficaz para realizarla. El mundo se estremeció ante los vídeos hechos públicos de migrantes vendidos como esclavos en pleno siglo XXI. Desde luego que son imágenes aterradoras, sin embargo, el escándalo verdadero, es que son escenas dolorosas que año con año se repiten y no queda constancia mayor de lo sucedido, sin dejar de observar que cantidades enormes de migrantes, literalmente viven atrapados en la precariedad de empleos degradantes e indignos que no parecen estar lejos de poder calificarse como esclavitud.

Es urgente un pacto internacional sobre migración, un pacto sin precedentes que sea en realidad una oportunidad para contextualizar la realidad y contrarrestar los mitos perniciosos que rodean a los migrantes, estableciendo una forma común sobre la manera de conseguir que la migración sea un beneficio para los países de orígen como para los de destino. Pero ¿como evitar esa calamidad y evitar que en el futuro no se repitan? A mi parecer serían tres las medidas o consideraciones que en su caso deberían plantearse como fundamentales en este pacto: 1. Reconocer y reforzar los beneficios de las migraciones, los que con frecuencia son ignorados en el debate público, dejando de lado las enormes contribuciones que los migrantes hacen tanto a sus paises de origen como a los que llegan. Los migrantes toman empleos que los locales generalmente no cubren independientemente del impulso que le dan a la economía. Solamente el año pasado las remesas mundiales ascendieron a algo más de 600,000 millones de dólares. El desafío sería saber aprovechar al máximo los beneficios de una migración ordenada y productiva que pueda acabar con los prejuicios sobre los migrantes y que estos no vivan verdaderos infiernos.

  1. Los Estados deberían fortalecer el Estado de derecho, impulsando una mejor forma de trato y protección a los migrantes en beneficio de sus economías y sus sociedades. Los obstáculos que las autoridades imponen a la migración, infligen a su vez daños económicos innecesarios a sus propios intereses, que impiden que sus necesidades laborales sean cubiertas legal y ordenadamente, alentando con ello la migracion ilegal.
  2. En definitiva se requiere de una verdadera voluntad de cooperación internacional que proteja la vulnerabilidad de los migrantes, es un hecho que el sistema actual en este aspecto ha fallado en cuanto a salvaguardar su vida como sus derechos humanos.

La mejor manera de acabar con el estigma de la ilegalidad y el abuso en torno a los migrantes es, de hecho, que los Gobiernos establezcan más vías legales para la migración, eliminando los incentivos para que las personas rompan las normas y atiendan mejor a la necesidad que tienen sus mercados de trabajo de mano de obra extranjera.

Los Estados también tienen que colaborar más estrechamente para compartir los beneficios de la migración, por ejemplo, estableciendo asociaciones de colaboración para determinar cuáles son las lagunas importantes en las competencias existentes en un país que pueden cubrir migrantes cualificados de otro país.

Debemos adoptar medidas urgentes para ayudar a quienes están ahora atrapados en campamentos de tránsito o en riesgo de esclavitud o se enfrentan a situaciones de gran violencia, ya sea en nuestras fronteras sur y norte o en otros continentes como sucede por ejemplo en el norte de Africa.

Debemos tratar de lograr un mundo en el que podamos celebrar la contribución de la migración a la prosperidad, al desarrollo y a la unidad internacional. En nuestro poder está alcanzar este objetivo colectivamente. 

Los migrantes no son “los otros”, “son nosotros”, si nos miramos en el espejo humano al que nunca deberíamos dejar de mirar, habría que ponerse en su piel para comprender y sentir internamente, aunque solo sea un poco, las razones y motivos por los que emigran. Seguramente que sentiríamos algunos piquetes de dolor en el alma.

Les abrazo.

Siempre atento a sus opiniones y comentarios en FB: Oscar Athie y Twitter: @oscarathie

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