Enfoque Informativo

¿Se someterían a una operación estética para que les sentara bien una prenda en concreto?

La moda y la comodidad no siempre van de la mano como comprueban a diario miles de mujeres. Faldas lápiz, tacones de aguja o corsés no son prendas diseñadas con la libertad de movimiento en mente.

Desde hace un tiempo incluso las prendas deportivas, pensadas para realizar ejercicio con libertad de movimientos, han entrado en una tendencia que no es precisamente práctica para muchas: hablamos de los leggins súper ajustados que lo marcan todo.

Virales en algunas redes sociales, hace unos meses se desató la fiebre por lucir estas piezas incluso aunque no se practique deporte y su uso extendido a llevado a un aumento de las labioplastias, una intervención quirúrgica que consiste en reducir, bien con el uso de bisturí o láser, el tamaño de los labios menores de la vagina que flanquean la entrada a este órgano femenino.

Cada vez más mujeres se someten al procedimiento

Según la Aesthetic Society, en Estados Unidos esta cirugía aumentó un 36% del 2020 al 2021, y el Doctor John Skevofilax, jefe de cirugía en la clínica Signature de Londres, declaró al Daily Mail que realizó 50 de estas operaciones en 2021, y en agosto de 2022 ya había doblado esa cifra.

Según Skevofilax, las prendas tan ajustadas ejercen mucha presión en la zona y hay mujeres que “experimenta dolor, malestar, sufren rozaduras… muchas mujeres se sienten tan incómodas que evitan llevar este tipo de prendas”. Y aunque el doctor aseguró que la mayor parte de las mujeres que se someten a esta intervención conocida como “vagina de diseño”, lo hacen para aliviar sus molestias y no por razones cosméticas, hay un porcentaje que sí lo hace para que su zona íntima se vea mejor con los leggins puestos.

Está de moda

Que se marque la vagina siempre ha sido un tabú, una muestra de vulgaridad, pero hoy en día es casi imposible no hacerlo. Muchas prendas están diseñadas para centrar la atención en la zona íntima de la mujer y la presión, física y mental, que estos pantalones ejercen está relacionada con el aumento de estas operaciones que en Estados Unidos tiene un coste medio de $4.000 dólares.

Como cualquier intervención quirúrgica, la labioplastia también conlleva riesgos: infecciones, cicatrices dolorosas o pérdida de sensibilidad son algunos de los efectos no deseados que se pueden producir.

Con la popularidad de estas prendas, las mujeres con labios grandes pueden sentir ansiedad y desarrollar complejos y problemas de autoestima debido a lo que vulgarmente se llama “camel toe” [dedo de camello]. Es sorprendente cómo muchas personas con vagina, a pesar de sentir molestias e incluso dolor, siguen utilizando los leggins ajustados por seguir la moda.

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