Hoy, la Academia Sueca entregó el premio Nobel de Literatura 2021 al novelista tanzano Abdulrazak Gurnah por su conmovedora descripción de los efectos del colonialismo. La noticia generó revuelo en redes sociales, en especial entre los seguidores de Haruki Murakami, quien se volvió a quedar sin el codiciado galardón pese ya haber sido nominado en varias ocasiones.

Pero al parecer no todo son malas noticias para el escritor y traductor, originario de Kioto, Japón. Y es que sus fans pueden visitar una biblioteca dedicada a Haruki Murakami en Tokio, un espacio con los archivos literarios y la discoteca del ilustre literato -conocidos por obras como Tokio blues1Q84 y Kafka en la orilla-, de 72 años.

Oficialmente se llama Casa Internacional de Literatura de la Universidad de Waseda -alma mater del escritor japonés-, pero ya se le conoce como “Biblioteca Haruki Murakami”. Fue el pasado 1 de octubre que el recinto abrió sus puertas al público.

Esta biblioteca, diseñada como un café literario, se dedica asimismo al estudio de la literatura japonesa e internacional. Contiene una réplica de la oficina del escritor y un estudio de radio. Está situada en el campus de Waseda en un edificio que otrora albergó anfiteatros y que fue reconvertido por el renombrado arquitecto japonés Kengo Kuma. 

Esto opina Haruki Murakami de la biblioteca en su honor

Vestido de forma informal con una chaqueta azul marino sobre una camiseta amarilla y pantalón beige, el escritor -que casi nunca aparece en públicos y se negó a ser filmado- se hizo presente frente a la prensa hace unos días, para hablar de este lugar cargado de recuerdos para él.

Contó que faltaba a clase durante las protestas estudiantiles de finales de la década de 1960 y que espera que esta biblioteca sirva de lugar de intercambio entre el mundo académico, los estudiantes y el público en general. 

“Los profesores enseñan y los estudiantes reciben esta educación”, declaró. “Esto es importante. Pero espero a pesar de todo que los estudiantes se sientan libres de exponer sus propias ideas y desarrollarlas en proyectos concretos”.

 

“Sinceramente, me hubiera gustado que (este edificio) se construyera después de mi muerte. Ahora que está terminado en vida, estoy un poco nervioso. ¿Y si cometo un crimen? Perjudicaría a la universidad”, bromeó.

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