Enfoque Informativo

Los fuegos artificiales impactan negativamente en los animales de compañía.

Se acercan las Fiestas de Navidad y Año Nuevo y aparecen las tormentas truchas. ¿Qué son las tormentas truchas? La pirotecnia auditiva. Qué cosa rara, ¿no? El mono desnudo, que podríamos decir es el ser humano, que intenta imitar a una tormenta sin la previa.

¿Qué es la previa? Cuando hay una tormenta, los animales perciben un cambio atmosférico que se llama ozonización de la atmósfera. Muy raro el término, fácil de comprender.

Es el olor a tierra mojada que percibes 20 minutos antes de que llueva, media hora antes de que llueva, que haya una verdadera tormenta. El perro lo percibe a la mañana, lo percibe cinco o seis horas antes. Por eso, en el campo, los baqueanos dicen “Colita se está restregando o revolcando en el piso, esta tarde llueve”.

Porque Colita se revuelca en el piso imaginando lo que va a pasar después, donde va a haber barro y donde va a tener que cubrirse, a lo mejor, aprovechando esa circunstancia, para protegerse de los insectos o de las plagas externas.

Lo cierto es que el animal recibe la pirotecnia como una tormenta sin aviso. Pero, además de recibirla como una tormenta sin aviso, la percibe muchísimo más. ¿No te diste cuenta que cuando estás a un par de cuadras de tu casa, tu mujer o tu pareja, quien fuere, te dice “ya sabía que estabas llegando porque los perros cambiaron la actitud”?

Eso tiene que ver con el olfato, pero también tiene que ver con el oído mucho más agudo que el animal tiene. Por eso, no a la pirotecnia. Porque la pirotecnia abarca o ataca a los bebés, ataca a los chicos con síndrome de autismo, a los ancianos, a los enfermos y también a los animales de compañía. Qué suerte que generacionalmente vamos cambiando y le estamos diciendo, cada vez más, no a la pirotecnia.

Cómo afecta la pirotecnia a los animales

Las principales afectaciones que los fuegos artificiales o pirotecnia generan para las mascotas están relacionadas con el sentido auditivo de los animales.

Y es que, múltiples estudios veterinarios han constatado con el paso del tiempo que el oído de muchos animales es considerablemente más sensible que el de los seres humanos, por lo que el estruendo de las explosiones de los cohetes y fuegos artificiales no solo les resultan perturbador sino que también podría dañar gravemente su capacidad auditiva.

Cabe mencionar también que los ruidos causados por las explosiones de cohetes y fuegos artificiales generan miedo en las mascotas así como los expone a padecer un estado de estrés por el exceso de ruido. A largo plazo dicha situación puede influir en los animales generen fobias a dichos artefactos lo que a su vez causa en ellos reacciones de pánico y conductas no habituales tales como escapar sin rumbo y perderse, lastimarse, o lastimar a las personas.

Además, pueden padecer palpitaciones, taquicardia, jadeo, salivación, temblores, sensación de insuficiencia respiratoria, aturdimiento y pérdida del control, entre otros.

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