Minutos después de que la directora de la Lotería Nacional, Margarita González Saravia Calderón, anunciara los resultados del sorteo especial del pasado 15 de septiembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció una nueva rifa para finales de año, esta vez, de un terreno cerca de Mazatlán.

El terreno, según señaló el mandatario, es un rancho que pertenecía al ex gobernador de Sinaloa, Antonio Toledo Corro, con una extensión de entre mil y dos mil hectáreas, así como un costo de entre 100 y 120 millones de dólares. La propiedad, de acuerdo con el Presidente, fue adquirida “de manera fraudulenta” por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) durante el sexenio de Felipe Calderón.

López Obrador ya había mencionado en ocasiones pasadas que su gobierno buscaba desacerase de la llamada Playa Espíritu, ya no se habían presentado ofertas que cubrieran el sobrecosto que pagó la Federación por él. De este modo, dijo, se seccionará en lotes y lo dejará a la suerte: a través de una rifa.

¿De dónde surgió?

El proyecto Playa Espíritu, que fue lanzado por Gloria Guevara Manzo, titular de la Secretaría de Turismo en el gobierno de Felipe Calderón, se planteó como “el nuevo Cancún”, debido a que se que se construirían aproximadamente 40 mil cuartos de hotel; sin embargo, en la actualidad solamente se cuenta con dos sitios de alojamiento

A casi 10 años del anuncio, ninguna empresa nacional o extranjera ha decidido invertir en el proyecto.

De acuerdo con los informes del Presupuesto de Egresos de la Federación, desde la planeación de esta obra en 2008 hasta 2021, se han destinado más de 2 mil 500 millones de pesos en la construcción de su infraestructura básica y mantenimiento. Esto, debido a que, a pesar de ser un proyecto del sexenio de Calderón, en el gobierno de Enrique Peña Nieto también se invirtieron 530 millones de pesos para reactivar las obras, pero el proyecto tampoco prosperó.

En su presentación, el entonces presidente Felipe Calderón afirmó que la importancia de Playa Espíritu radicaba en que era el primer CIP que se desarrollaba en el país desde hacía un cuarto de siglo y su apuesta era para atraer tanto al mercado nacional como al estadunidense, el más importante para México.

Con base en los presupuestos de egresos, en 2014 se le destinaron 504 millones 700 mil pesos, siendo el año que más recursos públicos tuvo; le siguió 2015, con 354 millones 700 mil pesos. Otros años en los cuales se le inyectaron muchos recursos a este proyecto fueron 2011, con 286 millones de pesos; 2012, con 264 millones, y 2010, donde absorbió 256 millones de pesos.

Desde 2012 las deudas eran de 3 mil 934 millones de pesos, con lo cual estaba 73 por arriba del presupuesto de ese año (2 mil 263 millones de pesos). A lo largo de los siguientes años, Fonatur ha realizado el pago de sus pasivos, con lo cual ya han disminuido a un nivel menor a los mil 600 millones de pesos.

¿Dónde está?

Playa Espíritu forma parte de la región Mar de Cortés; se localiza en el municipio de Escuinapa, Sinaloa, y tiene una superficie de 2 mil 381 hectáreas y un frente de playa de 12 kilómetros. Sin embargo, según el presidente López Obrador el proyecto no es redituable ya que se encuentra a más de una hora del aeropuerto de Mazatlán.

Fonatur ha indicado que ninguna compañía ha querido poner algún hotel en Playa Espíritu por la lejanía y porque existen otros polos turísticos más cercanos y que se encuentran altamente posicionados, como son los casos de Los Cabos, en Baja California Sur, y Litibú, en la Riviera Nayarita.

¿Cómo es?

En su tiempo, Calderón informó que la oferta hotelera de Playa Espíritu llegaría a las 40 mil habitaciones, además de que tendría una adecuada conectividad terrestre, por las carreteras de la zona y el Aeropuerto Internacional de Mazatlán, que está a 85 kilómetros.

En sus presentaciones se indicaba que para su diseño se consideró un proceso de planeación interdisciplinario con un enfoque de sustentabilidad integral, con el fin de detonar la economía de la región y generar beneficios sociales, garantizando que no se afectarían los ecosistemas.

Su oferta era muy ambiciosa e incluía campos de golf, una marina, malecón y ramblas recreativas y comerciales integrados a complejos hoteleros, hoteles boutique y exclusivos spas.

De acuerdo con información de la Secretaría de Turismo de Sinaloa, el único hotel en el terreno es el que se construyó con recursos del Fonatur y se ha utilizado para hospedar a los inversionistas interesados en conocer el proyecto. Este edificio cuenta con tan solo 53 habitaciones y requirió una inversión de 63 millones de pesos.

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