En sólo una semana, Morena se creó un movimiento a contracorriente que puede ser aprovechado por partidos de oposición para pelear en serio la presidencia de la república en el 2024.

Pero además, ha aparecido en la conciencia de los senadores la necesidad de que el Senado conserve su autonomía frente a la presidencia, idea que ha defendido el presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal.

Pero en su prisa por deshacerse de Monreal como aspirante presidencial, desde su propio partido le han ido creando vacíos entre morenistas, funcionarios federales y aspirantes oficiales a esa ansiada candidatura, abriéndole una puerta por la que podrá trabajar hasta con ventaja en sus aspiraciones políticas, en el contexto de una adelantadísima y conflictiva contienda interna –de hecho, los grupos morenistas en Guerrero han tomado posiciones en torno a Sheinbaum y Ebrard en plan hostil unos con otros-… sin renunciar a su militancia ni alterar lealtades en su papel como cabeza del Senado.

Porque al contrario de lo que algunos piensan, Monreal no va a cometer el error de dejar la presidencia de la Junta de Coordinación Política del Senado, ni va a tratar de jugar a las vencidas con el presidente Andrés López Obrador, a quien seguirá apoyando fielmente en su proyecto legislativo por elevar a rango de ley los cambios que está operando desde su gobierno, a excepción de las reformas constitucionales para las que no le alcanzan los votos a Morena, dada la negativa de la oposición a negociarlas.

Monreal cuenta con un gran apoyo de parte de los senadores de la mayoría de los partidos representados en el Senado, cuyo respeto se ha ganado en negociaciones y acuerdos en los que ha sabido cumplir con la palabra empeñada. Incluso logró que uno de los suyos fuera electo presidente de la Mesa Directiva, por encima del candidato de AMLO.

Además, es el único de los aspirantes presidenciales morenistas que tiene la libertad garantizada por la ley de moverse en el espectro político nacional para promover su figura y sus ideas como precandidato, pero sin hacer proselitismo electoral. Algo que por la naturaleza de sus cargos no pueden hacer Sheinbaum ni Ebrard ni Adán Augusto, que deben cuidar mucho el límite de sus apariciones públicas, si bien todo cuando hagan tiene ahora el tufo de la búsqueda de apoyos y simpatías…

En Guerrero ha generado un interés plural…

En sus visitas a Guerrero, promovidas y siempre acompañadas por el senador priista Manuel Añorve Baños, Monreal se ha movido como pedro por su casa, cuidando sus declaraciones, pero expresando su opinión en torno al devenir nacional con libertad e inteligencia, con un estilo que ha gustado mucho a sus auditorios multipartidistas.

Porque en esta tierra de libertad política, en que la primera en respetar espacios y acciones de partidos y personajes es la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, los que asisten a conferencias y presentaciones de libros de Monreal, son militantes y simpatizantes del PRI, del PRD, del PAN, empresarios y gente de la sociedad civil, junto con algunos agazapados de Morena y de MC, cuyos líderes están comprometidos con las corcholatas y con la línea dispuesta desde Palacio Nacional.

En sus actos celebrados en Acapulco, Monreal ha sido claro en afirmar que sí quiere ser candidato, que sí busca la presidencia, y ha sido respetuoso hacia los contendientes oficiales de Morena y hacia el presidente. Si bien ha expresado las reservas que ve en algunos temas de las reformas que ha planteado el presidente, en base al clima social y político del país. Y según sus propias palabras, no se considera un rebelde ni desea rompimientos en Morena… aunque tampoco ha dicho que abandonaría su proyecto presidencial por “disciplina” partidista o por alguna otra presión ajena a su propio criterio.

De manera que a poco menos de año y medio en que inicie el proceso electoral del 2024, Ricardo Monreal tiene ante sí el espacio, el tiempo y la oportunidad de construir un movimiento político que lo lleve a ser candidato a la presidencia, si no de Morena, sí de un coalición opositora que puede pelearle en serio la elección a la corcholata favorecida por el dedo presidencial, empezando por un estado que es ferviente lopezobradorista, pero que ve con interés el crecimiento de un nuevo personaje con tendencia antisistema que ya está dando mucho de qué hablar…