Por Eduardo Salgado Sánchez
Este primero de agosto se cumplieron 22 años, de que en aquel entonces, el Papa y hoy beatificado San Juan Pablo II bendijo la icónica “Virgen de los Mares”, un signo de fe que caracteriza a Acapulco a nivel global y a la fecha, un atractivo que se mantiene con el paso de los años.
La imagen fue bendecida por su santidad durante su viaje a México para canonizar a San Juan Diego, siendo sumergida posteriormente en el islote de la Yerba Buena en el marco de la conmemoración de los 375 años del martirio del beato acapulqueño Fray Bartolomé Dias Laurel.
Sin embargo para este 2024, de acuerdo con Juan Carlos Flores Rivas, párroco de la colonia Morelos, este año será complicado realizar la festividad, recorrido y misa donde participan prestadores de servicios náuticos, ante la carencia de lanchas y embarcaciones de fondo de cristal, que fueron devastadas hace nueve meses, por el paso del huracán Otis.
“Después de su bendición, tras dar un recorrido por el estado de Guerrero y ser bendecida por su santidad, fue sumergida el día 18, vino el representante del Papa y registrada como Reina de los mares de Acapulco y este año, no sera fácil conmemorar a nuestra virgen, por la carencia de lanchas de fondo de cristal, no se ha respuesto este sector”, enfatizó.
Añadió que la Virgen Reina de los Mares, solo después de La Quebrada, es el segundo símbolo más significativo y atractivo de Acapulco.
El padre Juan Carlos Flores recordó que son dos las esculturas que se encuentran sobre el punto del islote de Yerba Buena, la que está sumergida y la que está postrada sobre las rocas, la más antigua.
Esta última explicó, quedó intacta con el paso del huracán Otis, solo el único daño que sufrió fue la concha de 900 kilos de bronce, que la rodeaba para su protección, misma que colapsó con los fuertes vientos y quedó recostada a lado de la imagen, por lo que refirió que ya se solicitó a la alcaldesa de Acapulco, apoye en las gestiones para que está sea reparada, toda vez que la zona corresponde al área Federal Marítimo Terrestre.
“Son situaciones que la gente de fe ve positivamente, que la imagen que está sobre las rocas quedó de pie, intacta, no le pasó nada a nuestra pieza que pesa 450 kilos, eso son signos de fe para nuestra comunidad”, puntualizó.