Por Manuel Nava

México es uno de los 10 países con mayor informalidad en el mundo.

Esta realidad es preocupante y tiene, al menos, dos consecuencias visibles en el potencial económico de México. Primero, están las consecuencias para los trabajadores informales: bajos salarios, poca estabilidad laboral, escasa cobertura de la seguridad social y falta de protección de sus derechos laborales. En segundo lugar, están las consecuencias para el país: ninguno de esos trabajadores paga impuestos.

México tiene el nivel de recaudación de impuestos más bajo de la OCDE, siendo éste del 17 por ciento del PIB, en comparación con el promedio de 34 de la segunda.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, Nueva Edición (ENOE N), en mayo de 2022 y con cifras originales, la Población Económicamente Activa (PEA) fue de 59.1 millones de personas, lo que implicó una Tasa de Participación de 59.6 por ciento.2 Dicha población es superior en 1.9 millones a la de mayo de 2021. Por su parte, la Población No Económicamente Activa (PNEA) fue de 40 millones de personas, 206 mil menos que en mayo de 2021. A su interior, la PNEA disponible descendió en 496 mil.

De la PEA, 57.1 millones de personas (96.7 por ciento) estuvieron ocupadas durante mayo pasado, 2.2 millones más que en mayo de un año antes. A su interior, las personas subocupadas, es decir, las que declararon tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas, fueron 4.8 millones (8.5  por ciento de la población ocupada), una reducción de 2.2 millones de personas con relación a mayo de 2021.

Respecto de la población ocupada en el sector informal, la población fue de 32 millones de personas, con una tasa de informalidad laboral del 55.5% de la población ocupada. Prácticamente la misma que en el mismo mes de abril del año pasado.

La población desocupada, que incluye a aquellos que están sin trabajar, pero buscan activamente empleo, tuvo una reducción en el período de cerca de 900 mil personas, de las cuales 700 mil fueron hombres y aproximadamente 200 mil mujeres.

La tasa de desocupación en términos porcentuales, contra la población económicamente activa, se mantuvo prácticamente igual para hombres y mujeres en el período.

Las tasas más altas de informalidad laboral por entidad federativa se reportaron en Oaxaca (81.3 por ciento), Guerrero (78.1) y Chiapas (73.8) y en otros momentos Michoacán. Son a entidades de la Región Pacífico Sur.

Chiapas registró una Población Económicamente Activa (PEA) de 2 millones 158 mil 405 personas de 15 años y más, de los cuales, 1 millón 584 mil 269 personas (73.4 por ciento) dijo trabajar en el sector de la informalidad, mientras, que 932 mil 431 personas indicó tener un trabajo asalariado.

El cierre de negocios, como la falta de estrategias institucionales para generar empleos durante la pandemia por COVID-19, obligó a que más de 18 mil chiapanecos “migraran” durante el último año a la informalidad laboral.

En Guerrero 7 de cada diez empresas se encuentran en la informalidad y son las que generan una buena parte de los empleos.

Michoacán tiene una tasa de informalidad de 65.22, es decir más de un millón 400 mil personas. Comparado con el trimestre anterior, disminuyó ligeramente ya que se encontraba en 66.66; de igual forma se ve una baja, con respecto a la tasa de hace un año, cuando estaba en 67.87.

Es así que Michoacán ocupa el décimo lugar a nivel nacional, de acuerdo a dicha encuesta elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Sin embargo, otras estadísticas resultan menos favorables para la entidad. De acuerdo al Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), Michoacán está en “rojo” por su alto nivel de informalidad, siendo el tercer estado con mayor porcentaje.

De acuerdo a la ENOEN, la Población Económicamente Activa (PEA) en Oaxaca pasó de un millón 852 mil a un millón 884 mil personas, del que la mayor parte se emplea en la informalidad.

Es decir, la ocupación informal pasó de un millón 454 mil personas que laboraron en esta rama en el primer trimestre de 2021 a un millón 508 mil personas en el mismo periodo de 2022.

En tanto, la población desocupada en la entidad (que se encontraba sin trabajar, que estaba disponible y buscó trabajo), de enero a marzo, también incrementó ligeramente respecto al 2021, al pasar de 1.5 a 1.6 por ciento.

Oaxaca también presentó un incremento en la Población No Económicamente Activa (PNEA), pues con se reportaron 13 mil personas más que en 2021, con un total de un millón 235 mil personas en esta condición a inicio de 2022.

Respecto a la ocupación, en el primer trimestre de 2022, la distribución indica que los trabajadores subordinados y remunerados concentraron 45.9 por ciento del total de la población ocupada y los trabajadores por cuenta propia representaron 38.9 por ciento.

La encuesta detalló que entre el primer trimestre de 2021 y 2022, estos son los dos grupos ocupacionales más relevantes y en términos absolutos los trabajadores subordinados y remunerados disminuyeron en 23 mil y los trabajadores por cuenta propia aumentaron en 65 mil personas.

Si trabajar cuesta, pero cuesta más el no trabajar diría la abuela.