Enfoque informativo

No es un secreto que desde hace décadas la temperatura de la Antártida está aumentando. Algunos registros señalan que entre 1960 y 2011 la temperatura del aire antártico aumentó una media de 0.02 grados cada año. A partir del 2011 el incremento fue mayor y se viene registrando un aumento promedio de 0.25 grados cada año.

Esto puede parecer un margen insignificante, pero ya se está haciendo notar con “olas de calor” históricas. En marzo de este año se vivió un pico nunca antes visto de 11.5 grados bajo cero. Esto son 30 grados más que la temperatura habitual. Algo que es sumamente alarmante.

Los polos por su parte, son los encargados de mantener el frío en el planeta, además mantiene estable el nivel del mar; sin embargo, hoy en día todo se está descongelando y están pasando cosas extrañas.

Un informe publicado en la revista Current Biology señala que en la Isla Signy, que pertenece al archipiélago de las islas Orcadas del Sur en la Antártida, hay dos especies nativas de flores que están naciendo. Generalmente hablar de plantas y flores lleva automáticamente a pensar en un campo lleno de aromas y colores; sin embargo, conociendo las condiciones climáticas, la situación es alarmante.

Se trata de la clase Deschampsia antárctica (pasto antártico), que entre 2009 y 2018 aumentó su presencia en un 28 % y la Colobanthus quitensis (convencionalmente denominadas plantas con flor) que en el mismo período aumentó su presencia en un 154 %.

Tras comparar sus anotaciones de campo con las llevadas a cabo por otros investigadores a lo largo de los últimos 50 años descubrieron que, no solo se habían extendido rápidamente por el terreno, sino que están desarrollándose rápido cada año a medida que las temperaturas medias aumentan como consecuencia del cambio climático.

“Presumimos que la sorprendente expansión de estas plantas se debe principalmente al calentamiento del aire del verano y la liberación de la limitación de la perturbación del lobo marino”, afirman los investigadores en su artículo publicado en la revista Current Biology.

Lo cierto, es que el conforme haya más crecimiento de estas especies provocará cambios en la acidez del suelo, así como su composición química, lo cual, a la vez tendrá consecuencias en el crecimiento de organismos que pueden ser bioindicadores.

También, se provocará -aun más- la pérdida irreversible de la biodiversidad por la migración de algunas especies frente a la invasión de otras, y la consecuente afectación al equilibrio del ecosistema, parece registrar estragos en esta remota región.