Enfoque Informativo

  • La espada de hierro de 2 metros se fabricó para servir como arma de guerra espiritual, o para su uso en batallas de ultratumba

Mientras excavaban un antiguo túmulo funerario kofun en Japón, el Tomio-Maruyama, un grupo de investigadores halló un enorme espejo de bronce con forma de escudo y una gigantesca espada de hierro de 2 metros, las mayores que se han descubierto en la isla.

Seigo Wada, director del Museo de Arqueología de la prefectura de Hyogo, que asesoró en la excavación, explicó que el equipo de arqueólogos recuperó la espada y el espejo enterrados en arcilla en el centro de la antigua tumba, y colocados sobre el cuerpo del difunto.

A quién perteneció la tumba

Se cree que el túmulo funerario de Tomio-Maruyama, de 109 m de diámetro, el mayor de Japón y que data de finales del siglo IV, perteneció a una persona importante que apoyó a los gobernantes Yamato de la época.

Se cree que la cámara funeraria donde se hicieron los descubrimientos perteneció a alguien cercano a esa persona, según Naohiro Toyoshima, profesor de arqueología de la Universidad de Nara. También dijo que la espada ritual y el espejo en forma de escudo pueden indicar que el individuo estaba involucrado en asuntos militares y rituales.

Un acontecimiento único para la arqueología japonesa

Los investigadores llevan excavando el Tomio-Maruyama desde 2018. Este año, se enfocaron el “tsukuridashi”, una sección elevada en el centro del túmulo. Lo primero que encontraron fue un enorme ataúd de madera de 5 metros de largo.

Después, los arqueólogos identificaron la enorme espada de hierro y el espejo de bronce en forma de escudo, que estaban enterrados en la arcilla que cubría el ataúd.

Fue el 25 de enero cuando investigadores del Centro Municipal de Investigación de Bienes Culturales Enterrados de Nara y del Instituto Arqueológico de Kashihara, en la prefectura de Nara, anunciaron estos descubrimientos, a los que calificaron “sin precedentes y emocionantes”.

“Una obra maestra” del periodo Kofun

La parte posterior del espejo de bronce está decorada con complejos motivos entrelazados. Su superficie se describe como “la mayor” de todos los espejos de bronce hallados en un yacimiento arqueológico de Japón. Sus medidas son de 64 centímetros de largo por 31 cm de ancho.

El equipo de investigadores describe a este espejo como “una obra maestra” del periodo Kofun, ya que los espejos de bronce del antiguo Japón suelen ser redondos, pero éste tiene forma de escudo.

El centro del espejo está elevado en la parte posterior, lo que permite recogerlo. Esta parte está rodeada de dibujos circulares que representan “otros mundos” y a los antiguos dioses japoneses que se creía que habitaban en ellos.

Estos diseños son “idénticos a los patrones inscritos en el espejo del periodo Kofun conocido como Daryukyo”, dicen los investigadores. Por esta razón, el espejo en forma de escudo ha sido llamado “espejo de bronce en forma de escudo Daryumon”.

Los espejos eran objetos profundamente sagrados en la antigüedad, al tener el poder de reflejar imágenes y encender fuegos. Muchos espejos llegaron a las islas japonesas desde China, donde se convirtieron en símbolos de autoridad. Después se usaron como objetos funerarios en tumbas de élite. Esta es la primera vez que se descubre un espejo de este tipo en Japón.

Un arma de guerra espiritual

Por su parte, la espada mide 2.37 metros de largo por 6 cm de ancho y tiene una hoja en forma de serpiente conocida como “dakoken”. Debido a sus medidas, se cree improbable que llegara a empuñarse en batalla como arma.

Se trata de “la mayor espada intacta” jamás descubierta en un yacimiento arqueológico de Japón. Los informes de los arqueólogos teorizan que esta enorme espada se fabricó específicamente para servir como arma de guerra espiritual, o para su uso en batallas de ultratumba. En estas batallas, los Oni (demonios) y yurei (fantasmas) se esforzaban por capturar el alma viajera de los seres humanos.

La enorme espada de hierro de 2 metros y el escudo tenían usos “ceremoniales” y se colocaron en la tumba como dispositivos mágicos para ahuyentar a entidades malignas y ladrones de tumbas.

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