Francisco Rodríguez

Nada nuevo hay bajo el sol…

… desde hace más de cinco años lo denuncié en este espacio.

Que, no sólo en Pemex, que los Lozoya también robaban en Sagarpa.

El 5 de julio de 2016 usted leía aquí que Emilio Lozoya Austin…

… había extendido sus infames prácticas corruptas a los miembros de su familia.

(Familia, por cierto, ahora desmembrada…

… la hermana, prófuga; la madre, sujeta a proceso penal…

… la esposa, escondida en Alemania…

… ¡y él, cenando con la novia actual en el Hunan!)

Su hermano, ¡ah, su hermano! Juan Jesús Lozoya Austin, con la complicidad de José Antonio Rojo García de Alba –descendiente directo del cacicazgo hidalguense, ex presidente de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados– urdieron el plan para apropiarse de la industria mezcalera mexicana, a base de chantajes y sobornos.

Sucede que este otro Lozoya “bajaba” recursos de la Sagarpa, destinados al desarrollo de las industrias agropecuarias para su propio peculio. Integrantes del Sistema Agave-Mezcal, encabezados por su dirigente nacional, Alfredo Conde de la Cruz, acusaron judicialmente a Juan Jesús Lozoya Austin de enriquecimiento con recursos públicos.

Sustrajo medio centenar de millones de pesos –en uno de los actos comprobados, pero hay más– del presupuesto de Sagarpa para poner una cadena de mezcalerías en Ciudad de México y en el extranjero.

¡Sólo para gente bien, veees!

50 millones, ¡más otros 20!  

“La Comercializadora de Productos del Campo (membrete del negocio familiar) se ha convertido en un negocio personal de quienes cobran por todos los servicios que ofrece, entre ellos por la incorporación de los Estados a la denominación de origen de mezcal, a cambio de una aportación de dos millones de pesos”, denunciaron por aquellos días los agraviados.

Y tras la denuncia, poco después, la “honorable” Sagarpa encabezada por “honorable” queretano José Eduardo Calzada Rovirosa, le aprobó otro proyecto –impugnado por los expertos de la misma Secretaría de Agricultura– por ¡otros 20 millones de pesos!

Todos robaban en el peñato, los Lozoya más.

Las mismas mañas que el hermano Emilio utilizaba en Pemex para ofrecer su real audiencia a quienes querían aportar programas, ideas o proyectos a la paraestatal.

Todo, a ciencia y paciencia del peñato.

El tufo del zorrillo hecho realidad, en perjuicio de esforzados y hambrientos productores del campo mexicano.‎

¿Y así querían los de Atracomulco perpetuarse en el poder?

Pedían a gritos la cárcel y el desprecio del pueblo.

Sólo formaban una dinastía de mentecatos, ignorantes y corruptos.

¿O usted los defendería como lo sigue haciendo AMLO?

Indicios  

En su reciente comparecencia ante el Senado de la República, el titular de Salud, Jorge Alcocer, confirmó otra de las informaciones que usted leyó primero aquí: que funcionarios de Cofepris emitieron autorización discrecional y masiva de permisos de importación de precursores químicos, usados para fabricar fentanilo, por lo que la Marina Armada de México tomó las instalaciones físicas de la dependencia que está bajo la tutela del parlanchín Hugo López-Gatell y que los desleales funcionarios fueron puestos de patitas en la calle, sin que se sepa aún si se les enderezó o no alguna denuncia penal. Y no sólo eso, que desde entonces el capitán de la Marina Julián Arce Tapia es el titular del Órgano Interno de Control de la propia Cofepris. + + + En círculos políticos del estado de Guerrero se comenta con jocosidad que la gobernadora de la entidad debería seguir los pasos de la cantante estadounidense Britney Spears: zafarse de la incómoda tutela de su padre. En aquel caso, una jueza de Los Ángeles, en California, suspendió a Jamie Spears como supervisor del patrimonio de la artista, estimado en US$60 millones, y designó un reemplazo temporal hasta el 31 de diciembre. En el de acá, la señora Evelyn Salgado aún no junta esa cantidad, pero el capital político que pudiera haber acumulado durante la campaña proselitista está en riesgo si continúa bajo la incómoda tutela del llamado Toro sin Cerca. + + + Acuso recibo de la “nota aclaratoria” –más bien parece un lamento, porque nada aclara sólo usa epítetos infamatorios– enviada por un anónimo de la Dirección General de Comunicación Social y en la cual se lee que el escribidor “hace alusión a falacias, sin argumentos que confirmen lo dicho, lo que denota una falta de rigor periodístico en el texto” y que “pareciera que se trata de manchar la reputación de una servidora pública, desde una óptica sensacionalista, morbosa y escandalosa…” Hecha la “aclaración” solicitada por el anónimo, apunto que no se trató de ninguna de esas cosas. Sólo de dar voz a los trabajadores de la dependencia, testigos de las largas ausencias de la titular por lo que suponen está enferma. Ahora correspondería a la dependencia del Ejecutivo Federal mostrar sana y salva a la señora Luisa María Alcalde, para que sus argucias se comprueben con hechos, ¿no cree usted? + + + Y por hoy es todo. ¡Feliz inicio de semana! Y recuerde que siempre le deseo que haya ¡buenas gracias y muchos, muchos días!

 

COMPARTIR