Enfoque Informativo
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Kent Berridge, profesor de psicología y neurociencia en la Universidad de Michigan se ha sorprendido con los secretos que le ha revelado el cerebro en sus investigaciones
El científico, Kent Berridge, profesor de psicología y neurociencia en la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, lleva décadas investigando cómo se genera el placer en el cerebro, cuáles son las bases neuronales del deseo y el gusto, o qué causa las adicciones.
Esas investigaciones han permitido entender mucho mejor y tratar condiciones como el parkinson, algunos tipos de esquizofrenia y la depresión.
Uno de los focos de sus estudios más recientes sobre el placer ha sido la sorpresiva diferencia que existe en el cerebro entre gustar y desear.
¿Cómo se genera el placer en nuestro cerebro y qué tan determinante es en la manera en que experimentamos el placer?
El placer de una experiencia siempre se origina en el cerebro. Hay ciertas llaves que abren la cerradura del placer, como el sabor de lo dulce, que es algo placentero para muchas personas desde el momento que nacen.
Pero también es posible crear un aprendizaje relacionado con una aversión a esa experiencia, si nos hace sentir náuseas y nos parece que lo dulce es repulsivo.
De la misma manera, el sabor amargo suele ser naturalmente poco placentero, pero es posible aprender a disfrutarlo. La gente aprende a abrir estos bloqueos de placer en el cerebro.
¿Cuánto es biológico y cuánto es aprendido socialmente?
En el caso de los placeres sensoriales claramente se originan en el cerebro. Sabemos que hay ciertos puntos en el cerebro que son generadores de placer.
Se trata de una media docena de pequeñas áreas en el cerebro que cuando se interconectan, actúan como un solo grupo para activar placeres intensos.
Y estos puntos del cerebro que generan placer utilizan ciertos neuroquímicos naturales como opioides o versiones naturales de la heroína o la marihuana para estimular el cerebro y generar esos placeres intensos. Los llamamos los puntos calientes hedónicos.
¿Cómo estudia este tipo de conexiones cerebrales en su laboratorio?
Hacemos experimentos con neuroimágenes para medir la activación de determinadas zonas en el cerebro humano.
Eso nos ha permitido entender que se activan las mismas zonas, aunque sean distintos tipos de placeres.
Y para estudiar los generadores del placer en sí mismos, manipulamos los sistemas cerebrales de animales de manera ética y sin dolor.
Suprimimos la dopamina en ratones con medicamentos capaces de bloquear los receptores de dopamina en el cerebro y descubrimos que no disminuyó el placer que experimentaban con el sabor dulce.
¿Cuál es la diferencia entre gustar y desear?
Esa es la pregunta crucial. Yo pensaba que no había diferencia. Que el circuito cerebral de recompensa era el mismo. pero lo cierto es que se pueden separar.
Aunque queremos las cosas que nos gustan y nos gustan las cosas que queremos, no siempre es así.
Está el caso, por ejemplo, de una persona que quiere intensamente algo, pero no le gusta.
Con mis colegas hemos propuesto una teoría para las adicciones: en algunos individuos sus sistemas cerebrales de dopamina son vulnerables a la neurosensibilización.
¿Cuál es la relación entre la inhabilidad de experimentar placer, conocida como anhedonia, y las enfermedades mentales?
La anhedonia puede ser un síntoma de algunas formas de esquizofrenia o depresión mayor.
Tal como ocurre con los pacientes con parkinson, se observa una falta de querer experimentar placer, pero no desaparece el placer en sí mismo.
En muchos casos de esquizofrenia no se trata de la pérdida del placer, es la pérdida de la motivación por querer esas cosas. Pero el placer, el gusto, parece intacto.
En el caso de la depresión, se pueden perder las dos cosas: el deseo y el gusto.
¿Hay individuos más proclives a buscar placer que otros?
Sí, hay escalas de impulsividad y reacciones de recompensa. Algunos tienen esa especie de sello es sus personalidades y eso es un factor de vulnerabilidad para desarrollar cosas como las adicciones.
Ellos tienen un sistema cerebral que reacciona más a las señales que activan sistemas de recompensa. Eso puede ser algo bueno para encontrar motivaciones y placer en la vida, pero también puede llevarnos a una excesiva búsqueda de recompensas, de placer.
¿Qué aplicaciones tiene su investigación?
Ha habido aplicaciones en el campo de las adicciones al entender que éstas tienen más que ver con el deseo que con el gusto.
Es decir, las hiperreacciones a las sustancias adictivas pueden ser independientes del gusto por ellas. En ese sentido, la adiccion no es solo la búsqueda de placer.
También se pueden aplicar los resultados de nuestras investigaciones para tratar algunas condiciones mentales para ayudar a las personas a lidiar mejor con eso.