Por: Fernando Hinterholzer Diestel                                                                            

De acuerdo con la Ley Federal de Fomento a las Actividades Realizadas por Organizaciones de la Sociedad Civil son “las organizaciones de la sociedad civil que constituyen los capítulos nacionales de organizaciones internacionales que cumplan con lo establecido en el artículo 3, podrán gozar de los derechos que la misma establece, siempre que sus órganos de administración y representación estén integrados mayoritariamente por ciudadanos mexicanos. Para efectos de lo dispuesto en este artículo, las organizaciones internacionales Podrán acogerse y disfrutar de los apoyos y estímulos que establece esta ley, todas las agrupaciones u organizaciones mexicanas que, estando legalmente constituidas, realicen alguna o algunas de las actividades a que se refiere el artículo 5 de la presente ley y no persigan fines de lucro ni de proselitismo partidista, político-electoral o religioso, sin menoscabo de las obligaciones señaladas en otras disposiciones legales”.

No cabe duda de que las organizaciones no gubernamentales (ONG o OSC) molestan al jefe del ejecutivo federal. Dentro del campo de acción de las OSC están la educación, la salud, la defensa de los derechos humanos, el combate a la corrupción, la conservación del medio ambiente, el fomento de la cultura, el apoyo a la población más pobre, la ayuda a los adictos y la protección de la libertad de expresión, todas estas actividades que le corresponden al Estado, son llevadas a cabo por las asociaciones de ciudadanos organizados para tal efecto. En la iniciativa de reformas a la Ley del Impuesto Sobre la Renta de la Miscelánea Fiscal 2022, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ha propuesto cambiar el límite las deducciones personales en materia de donativos. Hasta este año, las personas físicas podían deducir gastos de hasta $163 mil pesos para gastos médicos, funerarios, seguros, intereses de hipotecas, transporte escolar y colegiaturas, y también se podían deducir aportaciones al fondo de ahorro para el retiro y donativos hasta el 7% del ingreso anual del contribuyente. La nueva propuesta fiscal pretende eliminar estos dos últimos rubros para que las deducciones de personas físicas sólo tengan un tope: $163 mil pesos al año. Esto desincentivaría la donación a las ONG. La idea es que, si la gente quiere donar a las asociaciones civiles, no puedan deducirlas del pago de los impuestos. La Cámara de Diputados ya votó a favor de desaparecer este beneficio fiscal, que es común y corriente en muchos países. Falta que el Senado lo apruebe, lo cual sería un nuevo golpe a las ONG. Para nosotros miembros de la sociedad civil, este nuevo golpe tiene como propósito el desaparecer las OSC, ya en 2019 nos quitaron el financiamiento público. “Si quieren defender sus causas, que lo hagan con dinero privado expresaron muy lacónicamente las autoridades federales”. Ahora pretenden cerrarnos todavía más las escasas fuentes de financiamiento, afectando a la población más pobre del país que atendemos las OSC, como siempre han hecho en estos tres años de administración. Las reformas al artículo 151 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta tratara de reducir los donativos que las personas físicas pueden deducir de impuestos, lo que impacta directa y gravemente a las organizaciones de la sociedad civil sin fines de lucro. Obviamente, esto no es un hecho aislado ya que el presidente López Obrador, se ha empeñado en acabar con la sociedad civil organizada, y lamentablemente quienes resultarán más afectados por la decisión presidencial serán las niñas, niños, mujeres y adultos mayores que se quedarán sin la atención y los apoyos que les brinda las organizaciones de la sociedad civil.

El enojo y coraje de la 4T contra todas las ONG, es que muchas de ellas se dedican a fiscalizar la labor del gobierno, y eso les enfurece. Vemos como Organizaciones como Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, Transparencia Mexicana, México Unido contra la Delincuencia, México Evalúa, México, Cómo Vamos? o Artículo 19, se dedican cada día  a dar a conocer reportes que desmienten la información oficial del gobierno y descubren incómodos casos de corrupción gubernamental. Y por supuesto lo que más le interesa a este gobierno autócrata, es que mejor que desaparezcan estas organizaciones haciendo cada vez más difícil la recaudación de fondos que las sostienen. Sólo aquellos países con estilos populistas los que atentan contra la sociedad civil organizada; eliminarla debilitaría enormemente a la democracia en cualquier país y dejaría vulnerables a sus ciudadanos.  La reforma fiscal de limitar el financiamiento que reciben las organizaciones civiles en México a través de donaciones tiene un matiz similar. El discurso del gobierno es lo más de lo mismo: no soportan las críticas ante sus ineptitudes, y acusan y hostigan desde el pulpito mañanero. El ataque a nuestro régimen democrático en el país tiene en este un nuevo escenario, y hay que evitar a toda costa que la sociedad civil organizada se convierta en una sociedad prohibida.

Como dirigente de una organización de la sociedad civil, siempre he creído que las OSC en México son el gran apoyo y complemento de las acciones que lleva a cabo el Estado. Nosotros estamos en aquellos lugares donde los tres órdenes de gobierno no llegan, ya sea en la Montaña de Guerrero combatiendo la trata de personas o la violencia contra las mujeres, o en los altos de Chiapas y zona fronteriza con Guatemala previniendo los embarazos de las adolescentes indígenas o compartiendo temas de igualdad y derechos para las mujeres. Dice Amparo Casar, “que cuando la asociación gobierno con sociedad civil se hace explícita, es decir, cuando se construye un modelo de gobernanza para ello, los resultados se potencian”. Es por ello por lo que en las democracias y maduras ya no se pregunta sobre el rol de la sociedad civil, están plasmados los resultados que brindamos a la población más vulnerable. Las decisiones fiscales que están tomando en el gobierno de la 4T, están afectando a las OSC afectan y mucho porque desde hace dos años perdimos los pocos recursos que el gobierno daba para apoyar nuestros proyectos, y esta reforma a las deducciones viene como la estocada final, pero no nos damos por derrotados, somos un componente muy importante para recomposición del tejido social y de la cohesión de nuestra sociedad. Tenemos el compromiso de seguir construyendo una sociedad más justa. Los gobiernos van y vienen al igual que los políticos, esperáramos mejores tiempos y seguiremos dando la batalla por la democracia y justicia social.  ES CUANTO

ADENDDUM:  si hay algo que este gobierno setentero no entiende ni comprende, es que, si no existe inversión privada en la economía, no hay recaudación fiscal y mucho menos recursos para combatir la pobreza. Para ello se necesita inversión y que la población pueda consumir más, y por ende que las empresas, no el gobierno, pueda ofrecer mayores servicios y productos. Esta es una posición de derecha o de izquierda, es simplemente una realidad económica. El gobierno de la 4T hace lo inverso, efectivamente ha aumentado la recaudación, pero la economía no crece porque no se activan otros factores, mientras se exprimen a los causantes cautivos financiado a un Estado que quiere reemplazar al sector privado, cuando ni puede, ni nunca podrá, hacerlo.

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