Enfoque Informativo

En Uruguay existe un amplio consenso respecto a habilitar la venta de cannabis con fines recreativos para turistas.

Con un proyecto sobre las mesas del Parlamento, jerarcas y referentes del ámbito debaten las condiciones necesarias para llegar a un cambio en lo estipulado por la ley Nº19.172, aprobada en 2013.

En la mayoría de los países que se ha regulado el consumo de cannabis, se ha optado por comenzar por el camino del cannabis medicinal, para que una vez superado ese aspecto, se pudiera intentar llegar al recreativo. Sin embargo, Uruguay eligió arrancar en el sentido opuesto.

El secretario general de la Junta Nacional de Drogas, Daniel Radío, dijo que la intención uruguaya “era tan pionera” que la “perspectiva económica que ofrece la planta en el mundo no se tuvo en cuenta y se tomaron un montón de reaseguros”, como la necesidad del registro para consumir: “Las personas pueden tomar alcohol hasta el coma y no tienen que decir ni cómo se llaman, pero para poder fumar un porro tenienes que dar hasta el número de cédula”.

“Hay una obsesión por tutelarle el consumo a la gente y creo que los consumos no deberían estar tutelados”, expresó Radío. En ese sentido, el marco regulatorio uruguayo cuenta con distintas variables de control, como la necesidad de estar registrado para poder consumir marihuana o los límites estipulados sobre la cantidad de socios por clubes, de gramos producidos por socio y de plantas.

Otro de estos “reaseguros” tomados en la discusión de la ley, según Radío, fue la no habilitación de la venta a turistas “por el riesgo que algunos percibían de que Uruguay se transformara en un The Walking Dead y que los zombies caminaran por la vida drogados”.

El nuevo proyecto: cannabis para turistas

Actualmente existe un nuevo proyecto en consideración que fue presentado por el diputado frenteamplista Eduardo Antonini y prevé la venta de cannabis a extranjeros.

La iniciativa surgió con la intención de “combatir una inequidad”: “Ciudadanos uruguayos y extranjeros residentes tienen derecho a hacer una actividad que los turistas solo pueden mirar”, dijo Antonini y agregó: “Muchos bajan de los cruceros pensando en que van a poder comprar en las farmacias y, al no poder, van al mercado negro”.

A pesar del consenso que existe respecto a la habilitación, la discusión gira principalmente en torno a quiénes serán los productores y distribuidores del cannabis al que accederían los turistas en caso de cambiarse la ley.

La iniciativa presentado por Antonini habilita que las formas de acceso sean las mismas que las de los uruguayos, menos a través del autocultivo. Es decir, los turistas podrían conseguir cannabis tanto en farmacias como en clubes cannábicos.

“La idea es que los clubes puedan vender una membresía temporal para que los turistas accedan al cannabis recreativo. Además, podrán contar con mas socios y mayor cantidad de plantas de las que ahora se habilitan”, señaló el diputado.

Según la ley, los clubes cannábicos son asociaciones sin fines de lucro que pueden tener entre 15 y 45 socios, siempre y cuando sean personas físicas, capaces, mayores de edad y de ciudadanía uruguaya -o, en su defecto, residentes del país-. En cada establecimiento se puede plantar un máximo de 99 plantas y la producción anual por socio no puede superar los 480 gramos. Según los últimos datos disponibles en la página web del IRCCA, en octubre de este año eran 263 los clubes habilitados y 7.166 las personas asociadas a alguno de ellos.

Sin embargo, el proyecto ofrece otra particularidad en torno a los clubes: “Quizá lo mas llamativo de la iniciativa es que permite que ciertos establecimientos turísticos habilitados puedan asociarse con algún club para dar esas membresias temporales”, explicó Antonini.

¿Empresas o clubes?

Un aspecto muy discutido desde la reglamentación de la ley es la poca variedad de cannabis presente en las farmacias. Actualmente existen solo dos variedades que oscilan entre el 5 y el 6 porciento de THC (componente psicoactivo) -a pesar de que en el paquete dice 9 porciento-.

Este mes se comenzará a comercializar cannabis con un máximo de 11 o 12 por ciento de THC -que en el paquete dice 15 por ciento- y se espera continuar incorporando variedades. De todos modos, este cannabis aún sigue siendo más bajo en THC que el ofrecido en los clubes, cercano al 17 por ciento de THC.

Las flores que se venden en las farmacias son producidas por tres empresas que ganaron las licitaciones y se trata del cannabis más controlado, ya que debe cumplir con todas las exigencias establecidas por el IRCCA para encargarse de la marihuana del Estado.

Representantes de las tres empresas mencionadas asistieron este mes a la Comisión de Turismo de la Cámara de Diputados y entregaron un documento explicando “por qué deberían ser las empresas las que proveyeran a los turistas de este producto” y no los clubes ni hoteles.

Desde su perspectiva, la venta a través de clubes y hoteles no garantiza los mismos controles que la que se hace a través de las farmacias. Además, al no imponer las mismas exigencias de calidad sobre los clubes que sobre las empresas productoras para el Estado, se estaría generando una “competencia desleal”, expresó uno de los representantes en la comisión.

Por otra parte, argumentaron que actualmente están vendiendo la mitad de lo que tienen permitido producir, por y eso les da capacidad para abastecer la demanda generada por los turistas en caso de habilitar la venta hacia ese público.

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