Por Alejandro Ortiz
Registro oficial de desaparecidos en Guerrero, es superior los 4 mil, sin embargo la cifra real es muy superior, alertan
El Colectivo de Desaparecidos “Lupita Narcizo” en Chilpancingo, informó que suman más de 4 mil desaparecidos en Guerrero, lo Familiares exigen “ley en materia de desaparición forzada” exigieron a las autoridades legislativas la aprobación de la ley local en materia de desaparición forzada, y con ello se reciban recursos para la búsqueda de los desaparecidos en el estado.
Ademas, anunciaron una movilización el día de mañana, para exigir a las autoridades legislativas la aprobación de la ley local en materia de desaparición forzada, y con ello se reciban recursos para la búsqueda de los desaparecidos en el estado.
En conferencia de prensa, el colectivo invitó a las demás organizaciones en Guerrero a la movilización que se llevará a cabo el día de mañana, en el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada.
La movilización tendrá como fin exigir a las autoridades legislativas, la aprobación de la ley local en materia de desaparición forzada “la cual no ha sido aprobada en Guerrero”.
También buscan la creación del Centro de Identificación Humana, esto para que las víctimas de desaparición que se encuentran en semefos en otras entidades, o cementerio forense, como en el caso de Guerrero, puedan ser localizadas.
Otro de los temas, por los que buscan aprobación, es la independencia de la Comisión de Búsqueda de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), “porque así no habrá trabas para la búsqueda de los desaparecidos. La traba que nos ponen es que no hay presupuesto ni personal suficiente”.
De acuerdo con el colectivo, la Secretaría de Gobierno Federal, tiene un registro oficial de más de 111 mil desaparecidos en México; en Guerrero la cifra es de más de 4 mil, aunque afirman que hay un subregistro que arroja que son muchas más las víctimas en el estado.
“Día a día se suman más desaparecidos, las cifras de la Secretaría de Gobierno son extraoficiales pero no son las reales, porque hay familiares que no denuncian por miedo de que también ellos u otro familiar sean desaparecidos o secuestrados por los grupos del crimen organizado”.
La desaparición de personas y la tortura permanente que este fenómeno supone para sus familiares es un problema reiteradamente ignorado en el contexto de la crisis de violencia en México durante los últimos años. De manera fundamental, a partir del activismo de las familias y de las organizaciones de la sociedad civil que les acompañan, se logró colocar el tema en la agenda nacional e internacional.
Hasta mayo de 2020, Chihuahua es la tercera entidad con la tasa más alta de desapariciones en el país. Un escenario particularmente grave es el que se presenta en la zona occidente de la Fiscalía General del Estado con cabecera en la Cd. de Cuauhtémoc, ubicada a 100 km de la capital del estado, donde según registros oficiales, existen más de 650 personas desaparecidas, en su mayoría hombres jóvenes. Comparativamente, este número representa una tasa muy superior a la media nacional.
No obstante, existe un número de personas desaparecidas que no están en las estadísticas oficiales, ya que sus familiares no denuncian por temor, por ser víctimas de amenazas, por la desconfianza en las autoridades y por las situaciones de injusticia e impunidad que prevalecen.
Desde su creación el CEDEHM ha atendido casos de desaparición de mujeres. En el 2010, en el marco de la guerra contra el narcotráfico, acuden al CEDEHM familiares de personas desaparecidas, la organización se había creado para dar atención a mujeres víctimas de violencias de género, las nuevas víctimas acuden en busca de apoyo y en un nuevo contexto de violencia en el país, nos impulsan a crear una nueva área de atención y por lo tanto a prepararnos para el acompañamiento a estas víctimas, es así como se inicia el desarrollo de una estrategia de acompañamiento integral a través de la asistencia jurídica, representación legal, acompañamiento psicosocial y gestión de ayuda humanitaria para familiares de personas desaparecidas, nos convertimos en una organización pionera en la atención especializada de acompañamiento psicosocial a niñas, niños y adolescentes.
Como parte de esta estrategia, impulsamos el empoderamiento y la articulación de las familias para la defensa colectiva de sus derechos y su participación activa en la búsqueda de verdad, justicia y reparación, para contribuir a su consolidación como agentes de cambio. Asimismo, buscamos la articulación con organizaciones estatales y nacionales con el objetivo de impulsar legislación y políticas públicas adecuadas para responder al fenómeno de las desapariciones en el país.
También somos parte de diversas redes en el país, mismas que en sus objetivos esta la exigencia de verdad, justicia, reparación y no repetición de casos de desaparición de personas.
Hasta mayo de 2020, tenemos la representación de alrededor de 270 casos de personas desaparecidas y acompañamos integralmente a un colectivo integrado por más de 650 personas, en su mayoría mujeres. Estas mujeres son esposas, madres, hermanas e hijas de hombres desaparecidos que se quedan a cargo del cuidado y sostenimiento económico de la familia, al mismo tiempo que buscan a su ser querido y transitan por un complejo camino en la búsqueda de verdad y justicia, ante un sinnúmero de obstáculos y afectaciones emocionales y a su salud.
Forman parte del grupo de familiares, aproximadamente 150 niñas, niños y adolescentes. Nuestra experiencia nos ha permitido reconocer que las niñas y los niños enfrentan el dolor de la ausencia con menos posibilidades de comprender el contexto y los procesos legales que se derivan, sin participar en las decisiones que se imponen para adecuar la dinámica familiar a la nueva realidad, incluso en no pocas ocasiones, se les intenta ocultar la verdad, buscando protegerles del sufrimiento, frente a la contundencia de que algo ha trastocado por completo la vida de toda su familia.
También atendemos en un menor porcentaje a hombres, quienes generalmente son padres de mujeres y hombres desaparecidos. El acompañamiento es diferenciado ya que, debido a las construcciones sociales de género, los hombres manifiestan y expresan su dolor de maneras diferentes a las mujeres, por lo que hemos creado espacios focalizados en los que puedan compartir los efectos que ha tenido la desaparición de su familiar en sus vidas.