Roberto Fuentes Vivar
El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció este jueves (en una mañanera de las más interesantes para el periodismo en nuestro país) que analiza solicitar al presidente estadounidense Joe Biden una explicación porque muchas de las campañas en su contra son financiadas por el gobierno de Estados Unidos.
“No vamos a dejar de tratar (este tema) y si es necesario se lo voy a plantear al presidente Biden, porque toda la campaña en contra nuestra está siendo financiada por traficantes de influencia de México que en el pasado vendían medicinas y hacían jugosos negocios, empresarios que no pagaban impuestos y también por el gobierno de Estados Unidos, que les da dinero a estas asociaciones como la de Claudio X. González y otras”, dijo el mandatario en la conferencia de prensa realizada en Tijuana Baja California.
Y añadió: “Eso es una actitud injerencista. Ningún gobierno extranjero debe intervenir en los asuntos de nuestro país, se debe de respetar nuestra soberanía. No somos colonia, no somos protectorado, somos un país libre, independiente, soberano y, además, yo represento una autoridad legal y legítimamente constituida, yo fui electo democráticamente, me eligió el pueblo. Entonces, todo esto lo que vamos a seguir tratando, porque son temas muy importantes”.
Además, señaló, “en el mundo se usa a estos bloques de poder mediático para imponer procedimientos de corrupción para que las empresas puedan robar con impunidad. Bueno, las empresas no sólo dominan los medios más influyentes, son las empresas las que ponen a los gobernantes, no es el pueblo, son las grandes corporaciones a través de los medios que inflan a dirigentes o a partidos en el mundo.De repente una persona sin autoridad moral, sin capacidad, sin amor al pueblo, llega a ocupar un alto cargo, porque lo promovieron con este poder mediático y lo introdujeron al mercado, como se introduce un producto chatarra”.
Las declaraciones se sustentaron en una mañanera en la que (salvo que me demuestren los contrario) se presentó el avance más pormenorizado de los asesinatos a periodistas en la historia mexicana, en el cual la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, y el subsecretario Ricardo Mejía Berdeja, detallaron no solo los avances en los homicidios de comunicadores en Tijuana, sino en varios lugares del país. Repito (para quienes intentan ensañarse sobre este tema con el actual gobierno) que nunca se había dado a conocer tal cantidad de detalles sobre los detenidos, las posibles órdenes de aprehensión y las dificultades de cada caso.
También pongo en el contexto tres hechos ocurridos en días pasados: las manifestaciones de periodistas exigiendo justicia en la Cámara de Diputados, en el Senado de la República y en la mañanera del miércoles. Creo de que no se trató de eventos aislados ni espontáneos, sino de que fueron muy bien orquestados. Por cierto que quien reportó el descontento al presidente de la República es un reportero bajo las órdenes de Pedro Ferriz de Con.
Otro evento del entorno es que el mismo miércoles el presidente difundió un video en el que aparecen Roberto Madrazo (cuyos hijos aparecen como socios de Latinus, el portal de Carlos Lorer de Mola) platica con el publicista Carlos Alaraki, quien dice: “Yo tenía —como no me contrató nadie, así que lo puedo decir con una tranquilidad— yo tenía la solución a nivel de mercadotecnia. Esta campaña no se gana con publicidad, se gana con propaganda y mientras más mentiras des contra Morena, mejor te va”.
Con todos estos elementos de contexto y el anuncio de que el presidente podría exigir a Joe Biden una explicación porque parte de las campañas negras en su contra son financiadas con dinero del gobierno estadounidense, expreso una preocupación que no es nueva porque muchs acciones parecen haber sido calcadas del manual de la CIA para derrocar gobiernos, que a su vez fue retomada (con mucha manipulación) de los estudios de Gene Sharp sobre la revolución sin violencia.
Las fuentes de dinero del periodismo
¿Por que mi preocupación? Porque existe una total opacidad de las fuentes de financiamiento de los medios de comunicación. Y aquí explico que la cabeza de esta columna (¿Quién financia el periodismo en México?) se la robé (sin su consentimiento) a Guadalupe Correa Cabrera quien escribió sobre ese tema el 11 de noviembre del año pasado en Sinembargo.mx.
Ahí los tres expusimos la gravedad de que la agenda política de México pudiera estar en manos de financiadoras internacionales, que van desde fundaciones como la Rockefeller o la de Soros, hasta del propio gobierno estadounidense que da dinero a organismos no gubernamentales, los cuales (bajo el argumento de ser altruistas) buscan impulsar agendas que tienen una alta afinidad con grupos fácticos mexicanos como el Poder Económico.
Ahí explicábamos que las fuentes tradicionales de financiamiento del periodismo son basicamente las siguientes: 1.- Recursos propios (venta de ejemplares o de contenidos) 2.- Publicidad privada (cuyo monto total se desconoce pero solo los bancos manejan 15 mil millones de pesos anuales), y 3.-Publicidad gubernamental. (Hay una fuente adicional de la que ayer me platicaba un amigo: los recursos estatales, municipales y hasta personales de personajes de la política y la economía que financian a muchos periodistas locales de manera opaca o transparente.)
Recientemente, por su propia crisis financiera, los medios han recurrido a las agencias financiadoras de periodismo que son concretamente organismos no gubernamentales que apoyan la realización de reportajes para publicarse en distintos medios con el sello de periodimo colaborativo.
La conclusión del programa fue la urgencia de que se transparenten esos financiamientos para que la propia sociedad conozca quién (empresas, gobiernos extranjeros, fundaciones) está detrás de un trabajo periodístico.
En el programa que hicimos (gracias a la generosidad de Consejo Ciudadano del Preio Nacional de Periodismo) Jesusa comentó algo que se me quedó grabado: altruismo sería que una financiadora dijera: toma este dinero para que hagas un reportaje y yo no me voy a meter en nada. Pero los tres dudamos de que sea una realidad.
Por el contrario, las financiadoras (tanto de periodistas como de académicos) imponen temas, marcan límites y señalan agendas. Quien no se apega a sus lineamientos (a veces ideológicos) no obtiene (o le es retirado) el financiamiento.
Y precisamente el jueves el presidente López Obrador coincidió en este tema: “Entonces, sí es un tema importante. No tiene nada que ver con el ejercicio de la libertad de expresión, eso está garantizado, el asunto es qué hay detrás, cómo está el financiamiento de los medios”.
Debatir sobre la transparencia en el financiamiento a los medios, no es atentar contra el periodismo, ni coartar la libertad de expresión o de prensa, sino simplemente es promover que la sociedad (y en muchas ocasiones los propios periodistas de a pie) tenga más elementos para juzgar una información.
Dice el filósofo del metro: Y en medio de nosotros el medio como un dios.