Guillermo Hernández Acosta

La “quema” del tular que alcanza los límites de los municipios de Benito Juárez y Tecpan de Galeana, es una práctica que desde hace varias décadas se lleva a cabo para garantizar el acceso de los ganaderos y agricultores; sin embargo, el humo que se genera provoca contaminación, además de que los residuos que viajan por el aire cae en las comunidades.

Esta práctica, aunque nociva para el medio ambiente, puede durar varios días dependiendo de qué tanta humedad tiene el “tular” que abarca una importante superficie de ambos municipios donde la gente tiene sus ranchos ganaderos y tierras para cultivo.

La quema del tular se lleva a cabo a principios de julio o cuando el zacate crece más rápidamente, ecosistema donde viven infinidad de especies animales como serpientes, cocodrilos, lagartos, aves, insectos y una gran variedad de flora que contribuyen a mantener un equilibrio de la biodiversidad; sin embargo, en este proceso muchas especies mueren alcanzadas por el fuego.

Durante el tiempo que dura la quema, los residuos que lleva el humo, cae en las viviendas, vehículos y en las calles de las comunidades, situación que afecta también la salud de las personas ya que la ceniza es irremediablemente respirada por la ciudadanía.

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