Por: Efraín Flores Iglesias

Controlar la dirigencia estatal del PRI otros años más y quedar bien con el presidente Andrés Manuel López Obrador, es su principal objetivo. Es por eso que ha empezado a mover sus piezas para impedir que Mario Moreno Arcos se convierta en el próximo dirigente del priismo en Guerrero.

En efecto, me refiero al ex gobernador Héctor Astudillo Flores, el personaje que le entregó el poder en 2021 a Félix Salgado Macedonio y a la hija de éste, Evelyn Cecia Salgado Pineda.

¿Y por qué quiere frenar políticamente a Mario Moreno?

Muy sencillo. Héctor Astudillo quiere seguir palomeando candidatos a diputados (locales y federales) y presidentes municipales. En el pasado proceso electoral se engolosinó. Su grupo político y el del senador Manuel Añorve Baños se repartieron las candidaturas. El ex alcalde porteño, por ejemplo, al no ser nominado como candidato a la gubernatura negoció una diputación plurinominal para Julieta Fernández Márquez (su esposa) y una regiduría en el Cabildo de Acapulco para Manuel Añorve Aguayo (su hijo).

A Mario Moreno nunca lo han visto con buenos ojos, ya que proviene de origen humilde y porque conecta muy bien con las bases del PRI. Además de que ha sido el priista que más votos ha sacado en una elección de gobernador (580 mil 971 votos frente a los 643 mil 814 que obtuvo Evelyn Salgado), algo que Héctor Astudillo y Manuel Añorve no pudieron en el tiempo que les tocó contender por la gubernatura.

Recordemos que, en la elección del 6 de febrero de 2005, Héctor Astudillo abanderó a la alianza “Todos por Guerrero” (PRI-PT-PVEM) y obtuvo 450 mil 894 sufragios frente a los 589 mil 074 votos que logró Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, de la coalición “Guerrero será mejor” (PRD-Convergencia-PRS).

Diez años después y ante un PRD desgastado en el ejercicio del poder por el caso Iguala, el tricolor postula por segunda ocasión a Héctor Astudillo, quien gana la elección con 558 mil 229 votos frente a los 473 mil 382 que obtuvo Beatriz Mojica Morga, de la coalición “Mejoremos Guerrero” (PRD-PT).

En 2010, el PRI, el PVEM y Nueva Alianza llevaron como candidato a Manuel Añorve, quien perdió la elección al obtener solamente 512 mil 830 votos frente a los 671 mil 012 que logró su primo y otrora jefazo, Ángel Heladio Aguirre Rivero, de la coalición “Guerrero nos une” (PRD-PT-Convergencia).

Los números no mienten. Ahí están.

Mario Moreno ha sido el candidato más competitivo que ha tenido el Partido Revolucionario Institucional en los últimos 17 años, a pesar de que algunos priistas simularon apoyarlo en los eventos que encabezó en los municipios y que ahora posan muy sonrientes para la foto con Félix Salgado Macedonio, el gobernador de facto en Guerrero.

El Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI no ha emitido aún la convocatoria para renovar la dirigencia estatal. Es muy probable que lo haga antes de concluir el mes de enero.

Lo cierto es que la dirigencia estatal, cuya cabeza es Héctor Apreza Patrón, el eterno diputado plurinominal y coordinador de la bancada priista en el Congreso local, hizo un papel gris durante la pasada elección. Lo más lamentable es que es uno de los dinosaurios que se niegan a jubilarse y en darle la oportunidad a otros cuadros del tricolor para ocupar importantes responsabilidades.

Se entiende que le haga el caldo gordo a su amigo y tocayo, el ex gobernador Héctor Astudillo, con quien colaboró en la primera mitad de su gobierno como titular de la Secretaría de Finanzas y Administración. ¿Será por eso que no quiere cuestionar con el pétalo de una crítica a la gobernadora Evelyn Salgado?

Mientras el astudillismo mueve a Alejandro Bravo Abarca y a Ricardo Taja Ramírez como sus prospectos para la dirigencia estatal del tricolor, los priistas de base y que han sido relegados por Héctor Apreza y otros ex dirigentes de ese partido, ven a Mario Moreno como su gallo. Y se ve claramente en los recorridos que en los últimos días ha realizado en algunos municipios, en donde le manifiestan su respaldo para los proyectos que él encabece.

Al que también pretenden meter en la competencia es al diputado federal por el distrito 01 de la región de Tierra Caliente, Reynel Rodríguez Muñoz. Supuestamente, el senador Manuel Añorve le ha metido la idea de que puede ser el sucesor de Apreza.

Así las cosas, en el tricolor. Un ex gobernador que se aferra en seguir mandando en el PRI y en impedir que el gallo de las bases priistas llegue a la Presidencia del CDE. Y un perverso personajillo que quiere entregarle el tricolor a Félix Salgado.

Si el PRI-Guerrero queda en manos de los mismos de siempre, corre el riesgo de fracturarse antes de la elección federal de 2024. Y si eso ocurre, el viejo partido de Estado será superado por otro partido que va en ascenso para la batalla electoral que viene: Movimiento Ciudadano. Al tiempo.

ENTRE OTRAS COSAS… El que cumplió un siglo de vida este lunes 17 de enero, fue el ex presidente Luis Echeverría Álvarez. Y los cumplió casi en el olvido en su residencia de San Jerónimo, en la Ciudad de México.

En 2006, el longevo militante del PRI fue condenado bajo el cargo de genocidio y afrontó la sentencia en su domicilio, pero tres años después quedó libre de cargos.

Los ex presidentes que aún siguen con vida, además de Luis Echeverría son: Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto.

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