Por: Juan José Romero

Más de 200 se encuentran en calidad de desaparecidos o cuando menos no se sabe nada de ellos tras el paso de Otis.

Al menos cuatro mil 600 los trabajadores de la Secretaría de Salud que resultaron afectados, de los cuales, a más de ocho días después de que azotó el fenómeno hidrometeorológico, más de 200 se encuentran en calidad de desaparecidos o cuando menos no se sabe nada de ellos tras el paso de Otis.

En entrevista vía telefónica, la dirigente de la Sección 36 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA), Beatriz Vélez Núñez, señaló que se necesita en los tres hospitales generales de Acapulco es insulina, antihipertensivos, es decir, medicina para controlar la hipertensión, y agua

Dijo que ante la escasez de productos de la canasta básica, acudió a comprar huevo, hasta la Ciudad de México, porque ya ni en Chilpancingo ni en Cuernavaca hay este producto, comentó que lo primero que hizo tras el paso del huracán fue llevar comida, agua, gasolina y diesel a los cuatro mil 600 trabajadores de los tres hospitales generales que hay en Acapulco, entre ellos, El Quemado, Renacimiento y CAPS, la Jurisdicción Sanitaria, el Laboratorio y el Centro de Medicina Transfuncional.

Señaló que cuentan una empleada fallecida y alrededor de 212 empleados que no han podido ser localizados, debido a que no se ha podido entablar comunicación con ellos y no se sabe dónde viven; de los que están en esta situación son 70 del Hospital de El Quemado, 22 de Renacimiento, 20 del CAPS y alrededor de 100 de la Jurisdicción Sanitaria.

Dijo que esta situación se ha complicado aún más por la falta de comunicación, ya que la telefonía celular se interrumpió totalmente por varios días y en estos momentos todavía es muy inestable, además de que no se sabe dónde viven, remarcó.

En cuanto a la infraestructura hospitalaria, Vélez Núñez dijo que de acuerdo a lo que pudieron ver los integrantes de la Sección 36 del SNTSA que acudieron el primer día, es que en el Hospital General de El Quemado, solamente estaban quebrados algunos vidrios del último piso, pero el resto se encontraba sin novedad.

El único problema que tenía es que no había energía eléctrica además de que la planta generadora de energía eléctrica con que el nosocomio no estaba funcionando por la falta de diesel, por lo que se llevó combustible desde Chilpancingo, “dimos con siete vueltas”.

Señaló que en donde sí hubo afectaciones fue en el Hospital General de Renacimiento, ya que los quirófanos que apenas habían construido “ya se tronaron”, además de otros destrozos, en tanto que en el CAPS también resultó con serios daños por la caída de varios árboles, portones.

Mencionó que al menos 113 pacientes que estaban en el hospital fueron trasladados al Hospital General “Raymundo Abarca Alarcón” de Chilpancingo, donde incluso fueron operados inmediatamente.

Vélez Núñez mencionó que, no había tenido comunicación con la gobernadora Evelyn Cecia Salgado Pineda ni con la secretaria de Salud, Aidé Ibarez Castro: “he tenido comunicación con el subsecretario de Administración y Finanzas; me lo llevé al tercer día, porque le dije que qué estaba haciendo aquí…”

Finalmente, la dirigente sindical reiteró que urge la ayuda gubernamental para los hospitales porque después del paso del huracán se desatará una oleada de enfermedades gastrointestinales, cólera, dengue, fiebre tifoidea, entre otras.

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