Por: Juan José Romero
Lamentable que el gobierno federal continúe con su actitud de indolencia e ignorar los daños ocasionados por el fenómeno hidrometeorológico en el campo
Como lamentable calificó el secretario de Desarrollo Rural de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Lenin Carbajal Cabrera que a más de 20 días del impacto del huracán Otis en Acapulco, el cual afectó otros municipios de la entidad, como Coyuca de Benítez, San Marcos, Ajuchitlán del Progreso y San Miguel Totolapan, el gobierno federal continúe con su actitud de indolencia e ignorar los daños ocasionados por el fenómeno hidrometeorológico en el campo de Guerrero.
Expresó que la indolencia del gobierno que encabeza el presidente, Andrés Manuel López Obrador, llega a tal grado que ni la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) o la del gobierno del estado (la Sagadegro), ni siquiera han iniciado un censo para determinar el daño real que el huracán ocasionó en los sembradíos de maíz y huertas de papaya, limón, mango, coco y cultivos de melón, ajonjolí, sorgo y cacahuate.
“Han hablado de la reconstrucción del puerto de Acapulco, pero en el tema del campo no hemos visto que el secretario de Agricultura a nivel federal, ni estatal hagan un recuento de los daños que se tuvo como consecuencia del huracán”.
Refirió que en gobiernos anteriores se contaba con un seguro de gastos catastróficos que era con el cual se resarcían los daños que tenían los campesinos en sus siembras, en el caso de alguna contingencia de este tipo, pero ahora ya no lo hay; “no hay ningún tipo de apoyo para los campesinos”.
Enfatizó que esta situación afectará a los campesinos de San Miguel Totolapan, de Ajuchitlán del Progreso, de Coyuca de Benítez y San Marcos, que perdieron sus sembradíos y que quedaron fuera de la declaratoria de emergencia.
Carbajal Cabrera mencionó como ejemplo el caso de los campesinos de Ajuchitlán del Progreso y de San Miguel Totolapan, que al tener sus sembradíos de sorgo, cacahuate, ajonjolí y maíz cerca del río Balsas, el agua inundó sus parcelas y las dejó llenas de lodo, pero desgraciadamente no se está haciendo ningún trabajo de atención para los campesinos de esa región de Tierra Caliente.
Reconoció que Guerrero no es un estado que exporte maíz para otras partes del país, “pero el autoconsumo es importante y suficiente para que la gente no pase hambre y el problema es la desatención que se tiene tanto del gobierno estatal y federal”, criticó.
Agregó que, debido a que el presidente López Obrador no tiene el pulso real de los daños que dejó “Otis” en el campo de Guerrero, no tiene un programa de acción inmediata para los campesinos guerrerenses, pero además lamento que el propio secretario de Agricultura, Desarrollo Rural y Pesca del gobierno del estado, Alejandro Zepeda Castorena, ni siquiera esté recorriendo las comunidades afectadas.
—Se puede hablar de indolencia?, se le cuestionó.
—“Es indolencia, porque, además, por el problema que atraviesa Guerrero, debe ser de seguridad nacional, por lo que es algo que debe preocupar al gobierno estatal, pero sobre todo el federal, que es el que no está etiquetando los recursos para la atención inmediata de los daños en el campo”.
Carbajal Cabrera insistió que la desatención del gobierno federal para con el campo de Guerrero es tan grave que incluso podría haber hambruna en los próximos meses en aquellos municipios en los cuales se registraron los daños en las siembras.