Por Enrique Silva M.

Con una gran irresponsabilidad actúan los gobiernos estatal y municipal ante la destruída infraestructura de avenidas y carreteras con vocación turística en Acapulco, sin dejar de mencionar que lo mismo ocurre en colonias del puerto.

 Es absurdo que se busque la reactivación económica a través de la actividad turística, de eventos artísticos, culturales y deportivos, si en la práctica la casa sigue estando desaseada, insegura y rota. Hasta el cansancio se ha criticado que avenidas, carreteras y puentes tan importantes como son la Costera Miguel Alemán, la avenida escénica, el boulevard Vicente Guerrero, la carretera Mozimba-Pie de la Cuesta, la Cima-cruces, cruces-Cayaco o la Pie de la Cuesta-Barra de Coyuca estén no sólo en pésimas condiciones si no hasta en condiciones criminales y que ha sido causantes de accidentes, algunos de fatales consecuencias, que lleven mucho tiempo así y que nadie haga algo por corregirlo.

 Da coraje esa insensibilidad y desinterés de gobernantes para atender algo tan básico y tan necesario, da más coraje escuchar discursos festivos de cosas que no se cumplen, pareciera que no se dan cuenta de la realidad en que viven ciudadanos o a la que llegan a enfrentar turistas, a quienes por cierto, no les importa si le corresponde arreglar esas fallas al gobierno estatal o municipal, ya que al sufrir un desperfecto o accidente por culpa de esas vialidades maltratadas, se van con el enojo contra Acapulco.

 Que bueno que se realicen festivales, eventos y actividades deportivas, pero se disfrutarían más si la ciudad estuviera en condiciones decentes cuando menos para recibir a los visitantes y para la vida diaria de los locales ¿no creé usted?

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