Desde su muerte en 1954, la mexicana Frida Kahlo se ha convertido en un icono artistico y feminista, objeto de fascinación, de récords en las subastas y de un nuevo documental que se presenta este miércoles, 24 de noviembre, en Francia, con imágenes inéditas.

“Frida: Viva la vida” traza, mediante la voz y la presencia de la actriz Asia Argento, el itinerario de una mujer que reivindicó a partes iguales el México popular e indígena y las nuevas corrientes artísticas en boga en la Europa de entreguerras.

“Elegimos hablar de dos Fridas, una sobre su relación entre el dolor y el arte, y otra, su descubrimiento de las raíces de México, de la importancia de ese arte precolombino en su obra”, explicó el director del documental, Giovanni Troilo.

El documental aborda paralelamente el dolor físico, las operaciones, los tres abortos que sufrió la artista, y su capacidad para reflejar todo eso en su obra, mediante la reutilización de los exvotos católicos, los retratos frontales, las lágrimas, la sangre.

También la omnipresencia de Diego Rivera, el pintor con el que se casó dos veces, al que retrató por igual como un amante y como un niño.

El documental muestra fotografías y objetos apenas conocidos, ya que se encuentran en los fondos del Museo Frida Kahlo, la famosa Casa Azul de Ciudad de México, que se ha vuelto uno de los tres museos más visitados en el país.

Destacan las imágenes que rodó la fotógrafa Lola Álvarez Bravo en los años 1930, con Frida acompañada de Tina Misrachi, hija de un famoso galerista de la época.

Ambas hablan, Frida la besa ligeramente, y luego la artista cierra la puerta, mirando de frente a la cámara, sin pestañear.

Toda una declaración de intenciones de una mujer que sufrió las constantes infidelidades de Rivera, pero también disfrutó las suyas, con hombres y mujeres.

“Después de este viaje, tengo la idea de que (Frida) sabía perfectamente que estaba escribiendo su diario, pintando, para nosotros, para el futuro”, explicó Troilo.

Frida y su bisexualidad se volvieron una reivindicación feminista, aunque en opinión de la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide, la realidad fue más compleja de lo que parece.

 

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