Por Guillermo Hernández Acosta

Es un trabajo de dos días que sólo se disfruta los meses de marzo a mayo.

La elaboración de ciruelas endulzadas cómo postres tradicionales de Tecpan, es un proceso que se cuida con esmero, desde cortar la fruta, lavarla, ponerla al fuego con piloncillo y después secarlas al sol para darle esa textura y sabor agridulce, es una tradición que la señora Minerva Ríos a preservado en su familia y que aprendió de su madre.

Este postre tradicional que por décadas se ha servido en las mesas de las familias de Tecpan, solo se pueden elaborar en los meses abril y mayo que es cuando la fruta crece en los terrenos más áridos, planos o cerros, capacidad que tiene el árbol de guardar humedad.

En la elaboración, dijo nuestra entrevistada, se deben de cuidar todos los detalles, desde seleccionar la fruta, el nivel de agua que se mezcla con el piloncillo para que la consistencia al paladar del consumidor sea agradable y no termine por “empalagar” con tanto dulce.

Cocinarlas, señaló la señora Minerva es un quehacer de dos días, en el primero se limpian y se ponen a hervir y después se dejan reposar en la miel y al otro día cuando asoman los primeros rayos del sol con sumo cuidado se van sacando de la cazuela y se van esparciendo sobre unas tablas de madera que previamente ya han sido lavadas.

En las primeras 3 horas, la mitad de la fruta ya está seca, sin embargo se vuelve a repetir el proceso, ahora se deben de voltear para que el sol termine su trabajo dejando completamente secas las ciruelas, que dicho sea de paso deben ser rojas y no moradas para que el sabor se disfrute a plenitud.

Los que comenzó para seguir manteniendo la tradición familiar y el de compartir con sus amistades cercanas, paso por un cierto lapso de tiempo a venderlas entre sus compañeras de trabajo y en ocasiones en pedidos especiales, hoy lo hace por el gusto de disfrutar este dulce tradicional que distingue a Tecpan y que solo tres meses al año se pueden saborear.

Además de las ciruelas, en Tecpan se acostumbra a elaborar otros postres tradicionales como conservas de mango, grosellas, plátano, coacoyules, dulces de coco y torrejas, todos endulzados con piloncillo o panocha.

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