Por José Ureña
Las reglas del Maximato están firmes.
Ayer, el Consejo del partido oficial simplemente avaló las decisiones presidenciales tomadas de antemano para asegurar el cumplimiento de los mandatos lopezobradoristas.
Las conocíamos de antemano porque desde Palacio Nacional, en las Mañaneras, dictado supremo de la República, se han enumerado los pendientes.
Hace una semana la cúpula morenista recibió, aceptó y firmó en el restaurante El Mayor los acuerdos a los cuales se someterán todos, corcholatas y militantes, rumbo a la sucesión.
Los tres aspirantes reales -Ricardo Monreal debe buscar acomodo, Manuel Velasco y Gerardo Fernández son comparsas- saldrán maniatados de origen.
La corcholata seleccionada no tendrá libertad para integrar su equipo de campaña y estará condicionada a entregar posiciones a las relegadas.
Tú para coordinador de mi campaña, aunque no estés de acuerdo conmigo, tú para controlar el Senado como el jefe de jefes nos ordene, tú para la Cámara de Diputados a hacer lo que te diga, y así…
LA FALSA NEUTRALIDAD
Lo demás son minucias.
Corcholatas y gobernadores oficialistas firmaron el lunes 5 un acuerdo según el cual están prohibidas las cargadas, pero si no respetan las normas públicas –no nos vengan con que la ley es la ley-, menos la palabra y su firma.
Siete de ellos -Américo Villarreal, Layda Sansores, Salomón Jara, Mara Lezama, Indira Vizcaíno y para qué seguir- al unísono y en acción concertada se expresaron por Claudia Sheinbaum.
Luego borraron sus mensajes, pero lo dicho, dicho y hecho está.
Ahora tienen prohibido expresar respaldos públicos, pero esos apoyos -como el uso de recursos gubernamentales- los veremos en la organización y acarreo de mítines por toda la República.
Para todos habrá dinero y espacio, falsa forma de mostrar equidad en cada una de sus entidades rumbo a la encuesta madre y la definición del candidato bajo el ridículo nombre de defensor de la 4T en septiembre.
Y nadie se expresará, ni el Presidente de la República porque él ya dio sus instrucciones y quedaron plasmadas en el documento revelado por el canciller Marcelo Ebrard.
GRAN PUNTO DE EBRARD
1.- Por donde se vea, Marcelo Ebrard se ha anotado un triunfo.
Luchó por la renuncia de las corcholatas a sus respectivos cargos y, al hacerlo, obligó a generalizar una decisión inicialmente rechazada.
Esto las coloca en condiciones de igualdad -piso parejo, llama el canciller a reglas generales- y el reto será investigar y evitar el uso del erario.
Los fondos públicos son de interés general, pero esa vigilancia no evitará el temor generalizado de caer en una voluntad, el dedazo, como consulta madre.
Y 2.- Ayer se entregaron constancias a los gobernadores electos, Manolo Jiménez en Coahuila y Delfina Gómez en el Estado de México.
En sus giras por la República el exgobernador oaxaqueño Ulises Ruiz ha posicionado: ¿por qué partidos y candidatos no centran el debate en temas de interés social?
Bueno, en Coahuila Manolo Jiménez arrasó al llamarse candidato de la seguridad pública, la mayor angustia de los mexicanos, lo que no pasó en la entidad mexiquense.
Puede haber diferencia entre ganar y perder, pero Delfina sólo garantiza abrazos y no lucha contra el crimen común y organizado.