Por Guillermo Hernández Acosta

Estos trabajos forman parte del compromiso que se adquiere cuando se certifica una superficie boscosa.

Habitantes del ejido de Cordón Grande realizaron trabajos de reforestación a más de 2 mil metros de altura sobre el nivel del mar en áreas afectadas por incendios forestales y que antes eran ocupadas para la siembra de amapola.

Juan Carlos Domínguez Ramírez, presidente del comisariado ejidal de Cordón Grande, resaltó el apoyo que recibieron de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), ya que estos trabajos forman parte del compromiso que se adquiere cuando se certifica una superficie boscosa.

El primer punto atendido fue la zona conocida como Miramar, donde previamente el área fue revisada ya que se trata de tierras afectadas por incendios forestales y que anteriormente fueron taladas y ocupadas para la siembra de amapola.

Ya en el lugar, en el cerro del conejo, un aproximado de 150 personas, entre niños, mujeres, jóvenes y adultos, se dispusieron a trabajar en la reforestación, algunos en la limpieza, otros cavando agujeros y otro sembrado.

Para el día siguiente la ruta cambió para seguir con los trabajos de restauración y recuperación de área afectadas en el paraje conocido como «Caldo Flaco», donde de la misma manera, los terrenos eran utilizados para sembradíos de enervantes.

Cabe señalar que en los dos parajes se realizó una siembra de aproximadamente siete mil árboles de pino, que a partir de este momento van a ser cuidados para que lleguen a una edad adulta.

Juan Carlos Domínguez Ramírez presidente del comisariado ejidal de Cordón Grande, resalto que con estas acciones de conservación se contribuye con la regeneración del bosque y se tiene certeza con el acompañamiento de las dependencias gubernamentales como lo son la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR).

Con estas acciones de reforestación y recuperación el ejido de Cordón Grande es un ejemplo de cómo se compensan los aprovechamientos con la regeneración del bosque para el bien del entorno natural, destacando también como el primer ejido en el municipio de Tecpan en ser certificado como área destinada voluntariamente a la conservación con una superficie de 8500 hectáreas por parte de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas.