Enfoque Informativo

  • Este lugar es el único donde el Vaticano confirmó que la llorona se aparecía, a tal grado de hacerse un exorcismo

Desde 1850 se escuchan sus lamentos aquí, el dueño de estas tierras en 1963 mando hacer una cruz grande arriba del calvario, pero en una tempestad cayó un rayó justo en la cruz y la despedazó lanzando piedras hasta 300 metros de distancia.

Desde hace años, en estos campos de cultivo muchos campesinos llegaban a trabajar las tierras, cuando todos los campesinos regresaban a sus casas en los años 1800 en su recorrido de estos ranchos escuchaban quejidos y llantos de una mujer de blanco, que la veían flotando con un velo muy delgado entre los campos e iba sollozando el popular llanto ”Ay mis hijos”.

Muchos de estos campesinos le contaban a sus familiares que la escuchaban y muchos de ellos aparecían muertos o simplemente desaparecían así y se creía que la llorona se los había llevado.

Cerca de estas tierras había un río en el que aparecían los cuerpos de los campesinos a los que los acosaba la llorona.

Ya cansados de lo mismo, los dueños de estos campos trajeron a frailes españoles que eran representantes en esa época de la Iglesia Católica, pero ellos no podían decir que había un ente hasta que hubiera pruebas antes de proceder así que mandaron a los frailes a que se quedaran a dormir y durante la noche uno de ellos en su recorrido oyó los lamentos desesperados de una mujer y al día siguiente dijo lo que pasa ahí:

“Yo he escuchado gritos y no solo eso, vi a una mujer de blanco pasearse por los sembradíos hasta ese punto (donde ahora esta la tumba) donde dejaba de llorar”.

Lo mandaron al Vaticano, la Iglesia ordenó que se construyera esa tumba y no solo eso, en ese lugar se hizo el primer exorcismo en México en donde se determinó que una entidad estaba habitando en un lugar físico.

El llanto de esta mujer dice así ”aaay mis hijos” por si aun no conocen la historia, esta mujer había tenido 3 hijos con el amor de su vida, pero cuando él ya no quiso estar más con ella, la mujer enloqueció y en un río cerca de su casa ahogó a sus hijos, en venganza contra el marido, ellos fallecieron y su marido se enteró y en lugar de sentir esa satisfacción que ella pensaba ganar ahogando a sus propios hijos, empezó a sentir un profundo arrepentimiento, un profundo dolor, tan es así, que todos los días al borde de ese río se ponía a llorar.

Hasta que ya no soporto más, se amarró a una carreta y se aventó a este río para morir con la esperanza de poder reencontrarse con sus hijos.

Sin embargo, de acuerdo a las sagradas escrituras, el peor pecado es atentar contra la vida de los hijos.

Así que al suicidarse, jamás pudo reencontrarse con ellos y su espíritu se quedó con un profundo dolor y enojo, que aún después de tantos años su espíritu sigue vagando buscando a sus hijos.

La leyenda dice que si entras a un río siendo un niño, y escuchas a la llorona es porque ella ya te esta acechando.

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