Enfoque Informativo

  • La desconfianza y la tensión marcan hoy las relaciones entre ambas partes, mientras China acusa a EU de querer extender la alianza militar a Asia

“Si tocas a uno nos tocas a todos”, es la filosofía y razón de ser de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN), la alianza por la que 30 países de Europa y Norteamérica se comprometen a responder con sus fuerzas militares conjuntas en caso de ataque externo a uno de ellos.

Es decir, la OTAN define su naturaleza como defensiva. Pero algunos países la ven como una amenaza a su seguridad.

Rusia, que ha usado este argumento para justificar una invasión militar, es el ejemplo más claro, pero no el único.

A pesar de que sus fronteras se encuentran a miles de kilómetros de los límites de la OTAN, China expresa abiertamente y en un tono cada vez mayor su desconfianza hacia la organización.

Y con la invasión rusa de Ucrania, los roces entre el gigante asiático y la alianza defensiva liderada por EU se han intensificado.

Al igual que Moscú, Pekín ha señalado a la OTAN como responsable del conflicto.

La cancillería china acusó a la alianza atlántica de haber puesto a Rusia “contra las cuerdas” al haber aceptado desde el final de la Guerra Fría a 14 nuevos miembros, entre ellos países fronterizos con la nación eslava.

Por su parte, la OTAN ha denunciado a la primera potencia asiática por “socavar el orden global” en materia de seguridad.

Jens Stoltenberg, secretario general de la organización, anunció en abril que su estrategia de defensa incluirá por primera veza China, más específicamente “cómo su creciente influencia y políticas coercitivas afectan a nuestra seguridad”.

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