Por favor sepa que muchos ciudadanos guerrerenses -considero que debemos ser la mayoría-, estamos respaldando su trabajo, porque aunque lo que voy a escribir enseguida es una verdad de Perogrullo, es que si le va bien a usted, en su trabajo gubernamental, en su desempeño como funcionaría, nos va bien a todos. Además, como todavía dice de manera constante una antigua jefa en mi trabajo como periodista: somos más los buenos. Siempre lo seremos.
Somos más los que queremos orden-paz-justicia social, progreso para todos, oportunidades en igualdad de condiciones. Le aseguro que si usted manda a realizar una encuesta con varias empresas serias y objetivas, el resultado de dicho ejercicio estadístico sería que la mayoría de los ciudadanos reprobamos las acciones que han venido realizando los supuestos estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa.
Es evidente que, como dijo el presidente López Obrador durante su conferencia mañanera del lunes 7 de febrero, esas bestias que atentaron contra la vida de los elementos de la Policía Estatal y de la Guardia Nacional, lanzándoles, como si fuera un misil, un tráiler sin frenos, no pueden ser normalistas. Ni lo creo, ni lo deseo. Porque de ser así, de confirmarse, esos jóvenes no podrían ser liberados con la intercesión de la CNDH, ni de la de nadie.
Ni de la de un poder divino. Ni de Dios padre, pues. La Comisión Nacional de Derechos Humanos hizo mal en ver por los derechos de los agresores, pero no de la de las miles de personas que se quedaron atrapados en un conflicto en el que no tienen nada que ver. Ellos, los miles de ciudadanos afectados, sólo querían llegar a Acapulco o a la Ciudad de México para divertirse y relajarse un fin de semana con sus familiares o amigos
Usted, gobernadora, en cambio, hizo bien en decir que el diálogo es el único camino posible. “El hombre es el animal que pregunta. El día en que verdaderamente sepamos preguntar, habrá diálogo”, escribió el gran Julio Cortázar en su obra maestra ‘Rayuela’. Pero la verdad es que los supuestos normalistas no quieren dialogar. La triste realidad es que estos pseudo estudiantes siempre han visto la protesta como un negocio super lucrativo.
Estos dizque normalistas -que según iban a repartir folletos en la caseta de cobro de Palo Blanco-, son en realidad “huachicoleros” carreteros. “Botean” para financiar su supuesto movimiento social, sus “causas”, pero la verdad es que, de forma violenta y agresiva, van directo sobre el dinero de los usuarios de las autopistas.
Con un ‘modus operandi’ muy identificado, con grupos creados deliberadamente, para robar el dinero de CAPUFE, un organismo público descentralizado del Gobierno Federal, que ahora encabeza AMLO, y que es administrado por personas que militan en la izquierda.
No por Peña Nieto, no por Felipe Calderón, no es operado por los “neoliberales”, ni por los que desaparecieron a sus 43 compañeros.
Los que dieron este espectáculo grotesco de violencia desmedida, son grupúsculos que pueden desestabilizar, sin duda, pero que ya tienen una mínima representación social. Que no aportan nada al magisterio, que no aportan nada a la sociedad, que no aportan nada de nada. Lo único que saben hacer es utilizar la violencia. No pueden sentarse a debatir con nadie, porque ya se les acabaron los argumentos más elementales.
Ante ello, gobernadora, ante una actitud tan pueril, ante tanta pobreza mental, sumida en un abismo de ignorancia, le pido siga luchando por la apertura de las vías de diálogo. Que no quede de usted el ofrecimiento de fumar la pipa de la paz. Siga fuerte, resista, con estoicismo.Y lo más importante: no se deje chantajear por estos supuestos normalistas. Nosotros, la mayoría de los guerrerenses, la continuaremos respaldando.