Desde hace casi siete meses se le ha visto de mal humor y echando pleito contra medio mundo. Hasta con sus propios compañeros de partido se pelea, ya que ya no se le cuadran como antes.

Es tanta su desesperación que busca por todos los medios figurar en la prensa para seguir vigente en el escenario político. Lo malo es que el otrora todopoderoso coordinador de la fracción  parlamentaria del PRI en el Congreso local, ya casi nadie le cree.

En efecto, me refiero al olinalteco Héctor Apreza Patrón, quien durante tres años (2018-2021) le sacó varios asuntos (iniciativas y nombramientos de funcionarios de órganos “autónomos”) a su tocayo y jefazo, Héctor Astudillo Flores, y chamaqueó a algunos coordinadores parlamentarios de Morena, como fueron los casos de Antonio Helguera Jiménez y J. Jesús Villanueva Vega.

Luego de que el PRI perdiera el poder en Guerrero, ha llamado públicamente a la unidad y al diálogo, pero en los hechos hace todo lo contrario.

Por un lado, elogia constantemente a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, pero en lo privado despotrica contra ella y su gobierno. O sea, es un farsante.

Su principal objetivo es que Morena se divida en la LXIII Legislatura, pero las cosas le han salido al revés. Es la bancada del PRI la que se ha estado dividiendo.

Hace unos días fue evidente su distanciamiento con la presidenta de la Mesa Directiva, Flor Añorve Ocampo, a quien cuestionó por la forma en que conduce las sesiones y por no “defender la legalidad”.

Lo cierto es que Héctor Apreza está molesto con su compañera de partido porque no se somete a sus dictados, como sí lo hacen algunos novatos e ingenuos legisladores.

A diferencia de su coordinador parlamentario, Flor Añorve no es una representante popular de escritorio o que haya logrado su curul a través de la vía de representación proporcional (plurinominal).

Recordemos que la última vez que Héctor Apreza ganó una elección en las urnas fue en 1999, año en que contendió como candidato en el vigésimo quinto distrito con cabecera en Chilapa de Álvarez.

Semanas después, René Juárez Cisneros, en ese entonces gobernador de la entidad, lo “palomeó” para que fuera coordinador parlamentario de su partido y presidente de la Comisión de Gobierno en la LVI Legislatura.

Desde entonces, el oriundo de Olinalá desplazó a cientos de priistas en importantes cargos, tanto partidistas como administrativos. No en balde lo conocen como el eterno diputado plurinominal y coordinador del PRI en el Congreso local.

Además de no ganar una elección en las urnas desde hace 23 años, Héctor Apreza ha contribuido en las últimas derrotas electorales de su partido.

Lo vimos en la pasada elección de gobernador, cuando junto con el grupo astudillista le dieron la espalda a Mario Moreno Arcos, quien a pesar de competir en la adversidad logró casi 600 mil votos.

A Héctor Apreza tampoco se le conoce alguna iniciativa de ley o gestión social que haya beneficiado al pueblo de Guerrero, ya que lo que a él le importa es quedar bien con sus patrones en turno.

Insisto, en los últimos meses anda que no lo calienta ni el sol. Y lo que es peor: ahora se lanza contra sus propios compañeros de partido y de bancada legislativa.

Es cierto, es un político con amplia experiencia… con experiencia para beneficiar a sus familiares y amigos cercanos con candidaturas y cargos en algunas dependencias gubernamentales.

En la pasada elección impuso a uno de sus hermanos como candidato del PRI a la Alcaldía de Olinalá. Y, ¡oh sorpresa! Los olinatecos reprobaron a los Apreza y votaron por el abanderado de Morena.

Por lo tanto, es entendible que Héctor Apreza ande últimamente de malas. El poder no es eterno. Un día se acaba, y al eterno diputado plurinominal se le acabó.

Tal vez lo único que disfrutó recientemente fue la imposición de Alejandro Bravo Abarca como su sucesor en la dirigencia estatal del PRI, y que Mario Moreno se haya quedado un rato más en la fría banca política.

Lo que no entiende el coordinador del PRI en el Congreso es que Alejandro Bravo es otro pelele del ex gobernador Héctor Astudillo Flores.

Y en lo que respecta al Congreso, veremos si el presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), Alfredo Sánchez Esquivel, aguanta el golpeteo mediático orquestado desde la bancada del tricolor. Si resiste, demostrará temple y fortaleza.

Apreza añora el poder y los privilegios, es por eso que ataca desesperadamente a los que actualmente lo ejercen, tanto en el Poder Ejecutivo como en el Legislativo