Jorge Laurel González

Segunda parte

La cosmovisión más peligrosa es la de aquellos que nunca han visto el mundo.

Alexander von Humboldt. Geógrafo alemán (1769-1859).

El camino mencionado, Acapulco-México, era muy transitado por religiosos, incluso Humboldt mencionó lo siguiente: la nao de China carga de retorno plata y frayles.

El viaje era largo e incómodo: 

…en el recorrido hasta Acapulco, las monjas viajaron en mulas con sillones de camino, de que las proveyeron en México; y padecieron notable trabajo, por ser grande la aspereza de los caminos recios los soles, los calores insufribles y la multitud de mosquitos intolerable.

Un hecho que debe quedar claro en toda investigación que se haga sobre Acapulco, durante el virreinato, es que no era tan solo una parte vital del comercio en el Océano Pacífico, también comunicaba tierra adentro, con una vía de circulación hacia una extensa región terrestre novohispana que cruzaba el territorio y llegaba al Atlántico. (Bonilian, 2017). 

No obstante, este dinamismo económico y comercial, Acapulco era pequeño en cuanto a población se refiere, en el año 1743 se contabilizaron cuatrocientas familias de morenos, pardos y algunos chinos (Pinzón, 2011: 76). Además, de las familias españolas.

Aunque el camino de Acapulco era un camino real, lo que implica que:  

…estaba bajo inspección de la administración virreinal, lo que permitía ejercer 

control fiscal sobre las mercancías de tránsito. (Yuste, 2012:221).

Se le hicieron pocas mejoras. Las únicas que se llevaron a cabo fueron por parte de personas acaudaladas que requerían contar con un eficiente sistema de transporte. En este marco en el año 1750, el minero don José de la Borda construyó el tramo entre Taxco y la capital debido a que enviaba la plata a la Casa de Moneda.

Alejandro von Humboldt, el famoso geógrafo y explorador alemán, fue otro de los que hicieron el recorrido, el menciona: 

[…] desde Acapulco hasta la llanura de Chilpanzingo es ancho y está bastante bien cuidado; pero avanzando ácia la capital, especialmente desde Cuernavaca hasta Guachilaque, y de aí hasta la cima de la alta montaña llamada la Cruz del marques, ya es angosto y muy malo. Las dificultades que más entorpecen las comunicaciones entre la capital y el puerto de Acapulco, nacen de las rapidas avenidas de dos ríos, el Papagallo y el rio de Mescala. Estos torrentes que en tiempos de sequedad no tienen 60 metros de ancho, en tiempos de lluvia tienen de 250 hasta 300. En la época de las grandes avenidas, muchas veces están las cargas paradas durante siete u ocho días en las orillas de Papagallo, sin que los arrieros se atrevan a tantear el vado. (Humboldt 1985:43). (sic).

De la cita previa, llama la atención, el reto que representaba transitar por dicho camino, el cual era fundamental en el comercio internacional, al grado que el mismo Humboldt lo nombró, El Camino de Asia. Como ya se indicó, este tipo de aventuras en los recorridos, se vivieron durante varios siglos, todo el virreinato y un poco más, pues las autoridades no destinaron recursos económicos para mantener y ampliar la vía. El mismo Humboldt recalcó: los caminos que van desde la mesa interior a las costas, y que yo llamo transversales, son los más penosos, y merecen principalmente la atención del gobierno.

De igual manera, Alejandro Humboldt (Humboldt, 1985: 45) dio cuenta de algunos indicios que se llevaron a cabo para mejorar la comunicación en el trayecto, sobre todo, en el cruce de los ríos Papagayo y Mezcala, tal y como se menciona a continuación: 

…Yo he visto todavía muchos trozos de pilares construidos con enormes piedras de sillería, que la corriente se había llevado ante que los arcos estuviesen concluidos. En 1803, se proyectó hacer un nuevo ensayo para construir un gran puente de piedra sobre el rio Papagallo, y el gobierno había destinado cerca de 100 000 pesos para esta empresa, de grande importancia para el comercio de Mégico con las islas Filipinas. El rio de Mescala, que más al O. toma el nombre de rio de Zacatula, es casi tan peligrosos como el Papagallo: yo lo he pasado sobre una jangada o balsa hecha, según el antiguo uso megicano, con calabazas silvestres secas y cañas atadas encima: dos indios dirigen la jangada, sosteniéndola con una mano, nadando con la otra (sic).

Sobre el tema, Ramón Serrera nos dice que dicha iniciativa, la debió realizar el teniente coronel de Regimiento de Asturias don Rafael Vasco, castellano del puerto de Acapulco, la mayoría de los recursos fueron aportados por la iniciativa privada (Serrera, 2006: 211). Pero las obras quedaron sin concluirse.

Habría que preguntarse por qué ese abandono y falta de interés oficial en la construcción y el mantenimiento de uno de los caminos más importantes de la Nueva España, para algunos autores como Alfonso de Jesús Jiménez (1993: 9) esto se explica por la actitud que tuvieron las administraciones virreinales, dado que no tenían en mente la construcción de una nación sino únicamente apoyar el desarrollo de España.

Para la próxima entrega analizaremos los motivos de que no hubiera una continuidad en los esfuerzos para la construcción de una vía, a todas luces tan importante. Al parecer no contaban con la idea de beneficiar a la comunidad. Y se les olvidaba que solamente Juntos Logramos Generar, Propuestas y Soluciones. 

JLG

  1. Bonialian, M. (2017) Acapulco: puerta abierta del Pacífico, válvula secreta del Atlántico. En: Olveda, J. (Coord) Relaciones intercoloniales, Nueva España y Filipinas. El Colegio de Jalisco, Zapopan, pp. 127-146
  2. Gómez, E. P. C. (2019). EL CAMINO DE ACAPULCO HACIA LA CIUDAD DE MÉXICO Construcción, travesías e implicaciones turísticas. Redalyc. Recuperado 1 de diciembre de 2021, de https://www.redalyc.org/journal/1807/180758568012/html
  3. Humboldt, A. (1985) Ensayo político sobre el reino de la Nueva España. Grupo Editorial Miguel Ángel Porrúa e Instituto Cultural Helénico, México
  4. Serrera, R. (2006) El Camino de Asia. En: Cramaussel, C. (Coord) Rutas de la Nueva España. El Colegio de Michoacán, Zamora, pp. 211-230
  5. Yuste, C. (2012) El eje transpacífico: la puerta novohispana al comercio con Asia. En: De Ita, L. (Coord) Organización del espacio en el México Colonial. Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Michoacán, pp. 207-238

 

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