Juan Manuel Ramírez Mendoza 

Con el paso del tiempo se ha visto un crecimiento exponencial de pequeños monopolios en las diferentes ramas del ámbito económico porteño, dando como resultado una dependencia salarial gubernamental, es decir, actualmente gran porcentaje de la fuente de ingreso económico guerrerense, es obtenida a través del gobierno, esto permea la eliminación de una libre competencia entre los empresarios, ya que el sector público solamente destina las fuentes de ingreso a estos pequeños monopolios, impidiendo el libre acceso al mercado. 

Lo anterior sucede a través de la corrupción, ya que actualmente, un porcentaje de la población guerrerense, ha aceptado la premisa universal de la misma; ya sea consiente o inconscientemente debido al pobre entendimiento sobre la base etimológica o conceptual de la corrupción, sentenciando a Guerrero a un rezago económico que se vive día tras día, lo cual se puede observar claramente al momento de la elección de funcionarios que conformarán los gabinetes correspondientes, sobresaliendo el famosísimo “compadrazgo” o el “amigazo” de confianza; eliminando así toda posibilidad de sustentación de una persona calificada, ya que estos minoristas buscan obtener un mejor posicionamiento para su propio enriquecimiento 

Un ejemplo claro: el sector de obras públicas, donde pocas minorías son acreedoras del control de los contratos gubernamentales, obteniendo una ganancia al licitar dichos contratos inclusive a individuos no especialistas en cuestión para la función laboral; impulsando consigo dos cosas: la falta de empleo de gente capacitada y la mala práctica que lleva consigo una decadente labor que a largo plazo no tendrá una remuneración para el puerto, sino para estas minorías. 

Otro ejemplo es CAPAMA, ya que en dicha institución se delegan grandes puestos claves, tanto administrativos, como operacionales, con el fin de limitar el aporte de agua para uso básico que llega a distintos sectores de la población, dando como resultado el aumento de la demanda del servicio de “pipas”, así como sus costos, beneficiando indirectamente a estas minorías.

Ahora bien, otro ejemplo comúnmente visto es: la aceptación de proyectos de impulso económico, en donde dicha minoría se da la tarea de elegir aquellos proyectos que remuneren sus “bolsillos”, dando lugar a la falta de competencia impulsiva que necesita nuestro puerto, desplomando el turismo y obligando a que los ciudadanos dependientes del sector no tengan opción mas que buscar un subsidio gubernamental, lo cual ayuda a estas minorías a controlar dicho sector. 

Es por lo anterior que lo primordial debería ser que la población posea bases sólidas acerca del entendimiento de qué es la corrupción y cómo se debe de combatir, ya que el dejar de hacer o voltear a ver para otro lado, significa ser parte del problema, y lo que hoy vivimos es simplemente la aceptación de este actuar representado en el desabasto de servicios básicos, así como la escases económica, es por ello que exhorto a todos los acapulqueños para que nos empecemos a preguntar ¿qué hacemos por Guerrero o qué no estamos haciendo por él?, ya que la falta de empatía esta causando que nuestro municipio y estado recaiga en un abismo del cual solo como comunidad podemos salir. Bien se sabe que no se puede tapar el sol con un solo dedo, ya que esto es un problema que viene acaeciendo por bastante tiempo y que todos sabemos pero que nadie hace nada por detener, y por el bien de Guerrero tiene que parar.

En palabras de John F. Kennedy: “No te preguntes qué hace tu país por ti; sino qué puedes hacer tú por tu país”, recordemos que el cambio es hoy y lo hacemos todos. 

Twitter: @jmramirezm1

Co.editor:

Eliezer Salazar Rodriguez. 

Twitter: @eliezersr94

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