Por: Juan José Romero

El proyecto de la presa hidroeléctrica “La Parota”, se fue de Guerrero por oposición de unos cuantos

Organizaciones como el Centro de Derechos Humanos de la Montaña “Tlachinollan” y el dirigente del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la Presa La Parota (CECOP), Marco Antonio Suástegui son culpables de la escases de agua que existe tanto en Acapulco como en Chilpancingo, al oponerse a la construcción de la pesa La Parota, consideró el dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos, Evencio Romero Sotelo.

Además, agregó el líder social de actores políticos que en su momento se opusieron a este proyecto que traería dijo agua para las principales ciudades del estad como es Acapulco y Chilpancingo.

Recordó que hace 23 años, aproximadamente en Guerrero se iba a construir la presa hidroeléctrica “La Parota”, después de que en 1975 la CFE llevó a cabo todo un estudio hidrológico del río Papagayo; en ese entonces, sólo con la realización de esta obra se generarían más de 10 mil empleos directos y cerca de 15 mil indirectos.

Además, la obra representaría un atractivo diferente al que tienen las playas de Acapulco y Guerrero en general, ya que serían 14 mil hectáreas llenas de agua en las cuales se podría haber hecho otra clase de turismo como la que existe en entidades como el Estado de México y su Valle de Bravo.

Mencionó que además que esta obra se fue de Guerrero por oposición de sólo unos cuantos, “si la presa se hubiera construido, en estos momentos no habría escasez de agua ni en Acapulco ni en Chilpancingo, porque de acuerdo al proyecto original, el embalse habría llegado hasta la comunidad de Dos Caminos, municipio de Chilpancingo”, refirió.
Recalcó que ambas ciudades hubieran tenido “agua barata”, porque no se habría necesitado de bombeo para hacerla llegar.

En este sentido, Romero Sotelo remarcó que la presa hidroeléctrica “La Parota” no se construyó por culpa de los “lucradores” de siempre, quienes, de entrada, hacen su “vocero” a un prestador de servicios de Acapulco —Marco Antonio Suástegui— quien ahora es uno de los grandes arrendadores de motos acuáticas en la playa Icacos, y se aliaron con el Centro de Derechos Humanos de la Montaña “Tlachinollan”, y el alcalde de ese entonces Félix Salgado Macedonio, quienes bloquearon en todos los sentidos la realización de esta obra.

Aclaró que en ese entonces los opositores “llegaban ni al uno por ciento”, ya que del total de comuneros de los Bienes Comunales de Cacahuatepec, son ocho mil 500 comuneros, quienes se oponían no llegaban ni a 100, aunque en las reuniones reunían a mil personas, ya que se llevaban a los maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEG), a los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa “y a Juan de la Chingada” quienes eran los que se confrontaban con los campesinos”.

Asimismo, reprochó al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que no haya concretado la construcción de la presa hidroeléctrica, cuando en su momento la consideró prioritaria para el estado, ya que además de que dotaría de agua a ciudades como Acapulco y Chilpancingo y otras localidades, también suministraría energía eléctrica a miles de comunidades.

Romero Sotelo recalcó que la presa de La Parota sigue siendo necesaria, porque el agua que podría ser útil en estos momentos de escasez, se va directamente al mar: “hoy más que nunca se necesita “La Parota”, finalizó.

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