Este domingo cumplió 83 años de edad y lo festejó en privado con su familia y amigos más cercanos, quienes lo felicitaron y le desearon más años de existencia y mejor salud para seguir sirviendo al estado de Guerrero desde la trinchera en que se encuentre.

Me refiero al licenciado Rubén Figueroa Alcocer, el personaje que después de haber gobernado a los guerrerenses (1993-1996) sigue recorriendo los municipios para reunirse y dialogar con alcaldes, legisladores, dirigentes partidistas, empresarios, clérigos y personas que no ocupan ningún cargo público.

Nació el 4 de diciembre de 1939 en Huitzuco, municipio ubicado en la región Norte de la entidad, en donde sus ancestros encabezaron el 28 de febrero de 1911 —después de casi 100 días de iniciada la gesta revolucionaria el 20 de noviembre de 1910— la Revolución del Sur, a través del club antireeleccionista “Juan Álvarez”.

Sus padres fueron el ingeniero Rubén Figueroa Figueroa  y doña Lucía Alcocer Castrejón.

Antes de incursionar en la política al lado de su progenitor, estudió en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en donde se tituló como Licenciado en Derecho con la tesis “Noción y contenido del derecho agrario”.

En 1979 y luego de ganar la elección en el distrito XVII del entonces Distrito Federal (hoy Ciudad de México), llega por primera vez a la Cámara de Diputados, en el que es designado presidente de la Comisión de Comunicaciones y Transportes.

Nueve años después y ante un escenario electoral más competitivo en el país, logra alzarse con el triunfo en el distrito X federal de Chilapa de Álvarez, por lo que regresa a la Cámara de Diputados, perfilándose desde ese momento como una de las cartas del PRI para suceder en la gubernatura al licenciado José Francisco Ruiz Massieu.

DINASTÍA.- Su padre, el ingeniero Rubén Figueroa Figueroa, gobernó el estado en el sexenio 1975-1981. Pero antes de él otro miembro de la dinastía Figueroa gobernó estas tierras del sur: el profesor y militar Francisco Figueroa Mata, hermano de Eufemia Figueroa Mata (madre de Rubén Figueroa Figueroa).

El tío bisabuelo del licenciado Rubén Figueroa Alcocer fue gobernador en dos ocasiones (constitucional: del 17 de mayo de 1911 al 30 de noviembre de 1911 y provisional: del 16 de diciembre de 1918 al 6 de marzo de 1921).

Rómulo y Ambrosio Figueroa Mata, sus otros tíos bisabuelos no gobernaron Guerrero, pero sí lo hicieron en los estados de Zacatecas (16 de agosto de 1915-27 de abril 1916) y Morelos (4 de octubre de 1911-27 de julio de 1912), respectivamente.

El que intentó dos veces ser gobernador de la entidad y que no logró porque las circunstancias políticas de esa época no le fueron favorables, fue el licenciado Ruffo Figueroa Figueroa (hermano de su padre). El dedazo presidencial favoreció al licenciado Alejandro Gómez Maganda (1951) y al general Raúl Caballero Aburto (1957).

Lo cierto es que don Ruffo sí cumplió su sueño de gobernar antes de fallecer. No a los guerrerenses como él deseó siempre, sino a los habitantes de Quintana Roo (1965-1967).

EL COMPROMISO DE SERVIR A GUERRERO.- Hablar de los Figueroa, es hablar de una familia que ha dejado huella en Guerrero y en otros estados del país, desde la Revolución de 1910 hasta nuestros días.

Rubén Figueroa Alcocer heredó un gran legado de sus ancestros, y eso lo ha motivado siempre para seguir contribuyendo al desarrollo, modernización y pacificación de la entidad.

Lo hizo como diputado federal y senador de la República.

Y como gobernador (1993-1996) ejerció el poder y sintió intensamente ese virus que decía don Carlos Hank González se mete en la sangre y que nunca sale: la política.

Es cierto, no es monedida de oro para caerle bien a todos, pero a sus 83 años de edad sigue siendo muy solicitado para dar entrevistas a los medios de comunicación, asistir a eventos políticos y sociales, y para dar sugerencias a los militantes del PRI, el instituto político en el que ha militado toda su vida porque es un político sincero, leal y de firmes convicciones.

Cuando tiene que hablar fuerte, lo hace. Aunque en los últimos años ha dedicado más tiempo para llamar a la unidad de todos los guerrerenses para logar la paz social, esa paz que ha sido afectada por diversos hechos de violencia.

Hace tres años (4 de diciembre de 2019), sus amigos y colaboradores le organizaron un festejo por su cumpleaños número 80, en el cual estuve presente gracias a mi amigo Gerardo Lara Villa.

El evento se llevó a cabo en uno de los salones del hotel Holiday Inn, en Chilpancingo, en donde destacó la presencia de los ex gobernadores Ángel Heladio Aguirre Rivero y René Juárez Cisneros, así como el gobernador de ese entonces, Héctor Astudillo Flores.

También estuvieron los ex gobernadores Arturo Montiel Rojas (Estado de México) y Manuel Cavazos Lerma (Tamaulipas), quienes al hacer uso de la palabra destacaron su amistad con el oriundo de Huitzuco.

Diputados locales y federales, senadores, alcaldes, dirigentes del PRI y del PRD, funcionarios estatales y municipales, y el entonces obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, también felicitaron al ex gobernador Rubén Figueroa.

El representante de la Iglesia Católica manifestó ese día:

“Yo me encuentro realmente muy feliz de estar acompañando a nuestro amigo don Rubén Figueroa, simplemente decirles que este es un gran acontecimiento de reunión de amigos, distintas banderas, tal vez distintas ideologías; pero lo que nos une aquí es un gran valor humano que es la amistad, yo me uno a estos festejos en honor de don Rubén, porque en la vida me ha tocado conocer personas de vista corta y de vista larga”.

Y concluyó: “Yo creo que don Rubén es uno de esos hombres maravillosos que mira alto, que mira lejos, desde el sur hasta el norte, y desde la trinchera donde está, en esa capacidad de ver, de buscar, de hacer la lucha y trabajar a favor de México y, particularmente, de Guerrero’.