Enfoque Informativo
Tomar una ducha es un sinónimo de limpieza, pero el contacto con el agua activa en muchos la necesidad de orinar y aunque sean pocos quienes lo declaran, es común realizar esta necesidad fisiológica en la regadera
Tomar una ducha es un sinónimo de limpieza, pero el contacto con el agua activa en muchos la necesidad de orinar y aunque sean pocos quienes lo declaran, es común realizar esta necesidad fisiológica en la regadera. Sin embargo, ¿Qué tan saludable es realizar esta actividad?
Para algunos, orinar en la regadera también ofrece la oportunidad de ahorrar agua, porque se realizan dos actividades personales con un solo consumo de líquido. Pero es importante recordar que, aunque esta disposición tiene un objetivo noble, la orina no es estéril y esta es una de las principales referencias para los médicos sobre ejecutar esta práctica.
En un artículo publicado por en portal genial.guru, de acuerdo a Alicia Jeffrey-Thomas, fisioterapeuta certificada en suelo pélvico, orinar en la ducha con el sonido del agua cayendo podría “programar” un estímulo que establece que se debe orinar cuando se escucha el sonido del agua.
“Este efecto se conoce como efecto pavloviano, que es una respuesta reflejo a algún sonido o estímulo externo. Esto podría no ser un gran problema para todos, pero ‘para las personas con algún tipo de disfunción del suelo pélvico, podría contribuir a la fuga de orina cuando tienen ganas de usar el baño'”, apuntan.
Pero más allá de esto, orinar a la hora del tomar el baño es potencialmente nocivo para las mujeres porque no podrían vaciar su vejiga de manera efectiva. El artículo cita a la Doctora Jeffrey-Thomas, quien comentó que “las mujeres no pueden relajar completamente los músculos pélvicos cuando intentan orinar de pie. Los hombres tienen una próstata para sostener su vejiga, lo que significa que para ellos, la posición de pie mientras orinan está bien”.
“Pero las mujeres no tienen este apoyo adicional, por lo que, para ellas, orinar de pie no es natural y hace que la vejiga se vacíe a niveles mucho más bajos de lo necesario. Suspender la pelvis sobre el inodoro es similar a pararse en la ducha y significa que los músculos no se relajarán y el mecanismo de continencia deberá, nuevamente, ser empujado y manipulado”.
Por lo que, en conclusión, orinar en la regadera no es del todo benéfico, a pesar de que no afecta de igual manera a hombres que a mujeres. Además de que se trata de una práctica que no es del todo higiénica, por lo que de decidir hacerla, también es más recomendable hacerla en tu propia ducha y no en una pública.