Enfoque Informativo
La inquietante profecía ancestral que circula sobre los volcanes mexicanos
En las últimas semanas, la actividad volcánica del Popocatépetl ha generado preocupación y especulaciones entre la población. Sin embargo, ahora circula una antigua profecía tlaxcalteca que ha aumentado la incertidumbre debido a las advertencias relacionadas con el volcán Iztaccíhuatl.
La leyenda que acompaña esta profecía narra una historia de amor y tragedia en la que las dos montañas representan a una doncella y un joven guerrero tlaxcalteca, Iztaccíhuatl, una hermosa princesa, entregó su amor a Popocatépetl, uno de los guerreros más apuestos de la región.
Durante aquellos tiempos, una guerra involucró a los tlaxcaltecas, y Popocatépetl solicitó la mano de la princesa al cacique de su pueblo, quien accedió con la condición de que el guerrero regresara sano y salvo de la guerra para desposarla.
Todo parecía ir bien hasta que un rival celoso del guerrero engañó a Iztaccíhuatl, informándole falsamente de la muerte de su amado. Desconsolada y sumida en la depresión, la princesa falleció de tristeza.
Tiempo después, regresó ileso, victorioso y dispuesto a desposar a Iztaccíhuatl, solo para recibir la trágica noticia. Para honrar el gran amor que los unía, decidió construir una tumba bajo el sol, amontonando cerros para erigir una inmensa montaña.
Tomó el cuerpo de Iztaccíhuatl, la besó y la colocó en la cima, arrodillándose a velar su sueño eternamente con una antorcha en la mano. Con el tiempo, la nieve cubrió sus cuerpos y se transformaron en dos enormes volcanes.
La profecía tlaxcalteca relata que, una vez que el Popocatépetl despierte, la mujer dormida, Iztaccíhuatl, también despertará de su letargo, desencadenando el caos en sus alrededores.
Aunque esta profecía ha generado inquietud entre algunos habitantes de la zona, es importante destacar que las interpretaciones y creencias basadas en leyendas y mitos deben ser consideradas como parte de la tradición cultural, sin fundamento cie