Roberto Fuentes Vivar
El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció en días pasados la posible creación de un fondo de apoyo para periodistas integrado con dinero que anteriormente se utilizaba para publicidad oficial.
La propuesta fue presentada al mandatario por Rubén Villalpando, corresponsal de la Jornada en Chihuahua, durante la visita que realizó la semana pasada a esa entidad y la retomó en una mañanera de esta semana:
“Nosotros estamos pensando en algo. Ahora que fui a Chihuahua, para no plagiar la idea, un periodista, Rubén Villalpando, me hizo una propuesta, tiene una iniciativa: entre otras cosas, propone que destinemos un porcentaje del gasto de publicidad del gobierno para un fondo que permita que los periodistas tengan garantizado el derecho a la salud y creo que también a la pensión. Y a lo mejor lo vamos a hacer, o sea, del gasto de publicidad del gobierno un porcentaje se va a dedicar a eso. Y es una idea de él, pero tiene otras cosas”.
Y añadió: “Entonces, en eso nos podrían ayudar los dueños de los medios, el que aporten algo para los periodistas que ganan muy poco y que no tienen seguridad social. A veces hasta he pensado cuántos de los periodistas machuchones viven de atacarme o cuánto reciben por atacarme”.
Una propuesta similar -no conozco la iniciativa de Rubén- ha circulado desde hace por lo menos dos años en el gremio periodístico. Incluso fue mencionada hace unas semanas en los foros a los que convocó el senador Emilio Álvarez Icaza para elaborar la Iniciativa de Ley para Proteger Derechos Laborales y Sociales a Periodistas, presentada al pleno del Senado de la República la semana pasada.
También, si mal no recuerdo, algo parecido se sugirió en el Primer Foro Regional para Impulsar una Iniciativa de Ley General de Prevención y Protección ante Agravios a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, convocado por la Secretaría de Gobernación.
En alguno de esos dos foros comenté personalmente la posibilidad de que el gobierno, con el dinero ahorrado en publicidad oficial podría crear un Fondo para Periodistas, similar a como operaba el Fondo Nacional de Empresas Sociales (Fonaes), es decir que financiara proyectos periodísticos o de comunicación con créditos blandos para que los comunicadores desempleados pudieran adquirir insumos para generar empresas del ramo. También recuerdo haber platicado esa idea con periodistas como Rogelio Hernández López o Jorge Meléndez.
Ahora el presidente retomó la idea de Villalpando sobre un fondo para financiar que los periodistas independientes (entre ellos los corresponsales de algunos diarios que no reciben un salario fijo ni prestaciones sociales) y muchos que laboran directamente en medios pero carecen de prestaciones, puedan tener acceso a la seguridad social y a una pensión.
Ojalá la propuesta se convierta en una realidad y no se quede en el tintero como se estancó la promesa del director general del Instituto Mexicano del Seguro Social, Zoé Robledo, quien el 15 de enero de 2020, dijo que se estudiaba alguna modalidad para incorporar al instituto a cerca de 22 mil periodistas que carecen de prestaciones sociales.
A esa propuesta de Robledo se sumó después una iniciativa de la diputada Maiella Martha Gabriela Gómez Maldonado (en septiembre de ese mismo año), en donde proponía diversas modificaciones a artículos de la Ley del IMSS en este sentido. Por cierto Aprovecho para agradecer a la legisladora la mención a este columnista en esa iniciativa.
En noviembre de 2020 el propio Zoé Robledo informó que ya se realizaba un plan piloto para que trabajadores independientes (incluyendo periodistas) pudieran acceder al IMSS. ¿Qué ha pasado desde entonces?
Es deseable que ahora que el presidente López Obrador retomó la idea se pueda precisamente crear un fondo para que la totalidad de los periodistas puedan tener acceso a la seguridad social, aspecto que por cierto se menciona (sin dientes) en la iniciativa del senador Álvarez Icaza.
La propuesta de este fondo es loable, pues apunta en varias direcciones:
1.- Apoyar directamente a los periodistas de a pie que nunca se beneficiaron de los millonarios flujos de publicidad oficial del sexenio pasado y no a los medios que según las estadísticas el INEGI continuaron aumentando sus ingresos hasta finales del año pasado.
2.- Podría promover la creación de empresas de periodistas desempleados para encontrar una forma vida digna.
3.-Un elemento adicional es que podría apoyar a los periodistas jubilados que en muchas ocasiones reciben pensiones inferiores al salario mínimo.
4.-Soy de quienes piensan que definitivamente debería desaparecer la publicidad oficial pues solo sirvió durante años para corromper las relaciones entre el Poder Ejecutivo y los medios de comunicación. La propuesta parece ir en esa dirección al aminorar ese tipo de publicidad, la mayor parte de las veces innecesaria.
5.-La única condición, al menos así lo creo, es que ese fondo se ejerza con total transparencia para evitar deformaciones políticas que solo pueden entorpecer el trabajo periodístico.
¿Y qué diablos es un periodista?
Hace poco más de dos años, el 21 de enero de 2019 escribí en esta columna (https://almomento.mx/diario-ejecutivo-que-o-quien-diablos-es-un-periodista/) que la Real Academia Española (RAE) modificó las definiciones de “periodista” y “periodismo”, luego de que en 2015 Ramón Salaverría, investigador y profesor de periodismo de la Universidad de Navarra, envió una carta a la Unidad Interactiva del Diccionario de la Real Academia Española para plantear la necesidad de un nuevo concepto del término “periodista”.
En la nueva definición, el periodismo aparece como: “actividad profesional que consiste en la obtención, tratamiento, interpretación y difusión de informaciones a través de cualquier medio escrito, oral, visual o gráfico” y el periodista es: “persona que se dedica al periodismo (actividad profesional)”.
En México, la mayor definición (por lo menos desde el punto de vista jurídico), es la que se publica en una tesis de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de 2017: “Periodista: Toda persona que hace del ejercicio de la libertad de expresión y/o información su actividad, de manera permanente. Las personas físicas, cuyo trabajo consiste en recabar, almacenar, generar, procesar, editar, comentar, opinar, difundir, publicar o proveer información a través de cualquier medio de difusión y comunicación que puede ser impreso, radioeléctrico, digital o imagen, que acrediten experiencia o estudios o en su caso título para ejercer el periodismo”.
También señala: “Colaboradora o colaborador periodístico: Toda persona que hace del ejercicio de las libertades de expresión y/o información su actividad principal o complementaria, ya sea de manera esporádica o regular, sin que se requiera registro gremial, remuneración o acreditación alguna para su ejercicio”.
En la iniciativa de Ley de Derechos Laborales y Sociales de los periodistas se define: “Artículo 353 Bis 2 (de la Ley Federal del Trabajo). Para los efectos de este Capítulo, se entiende por periodista a las personas físicas, así como medios de comunicación y difusión públicos, comunitarios, privados, independientes, universitarios, experimentales o de cualquier otra índole cuyo trabajo consiste en recabar, generar, procesar, editar, comentar, opinar, difundir, publicar o proveer información, a través de cualquier medio de difusión y comunicación que puede ser impreso, radioeléctrico, digital o imagen”.
Por cierto que el mismo día que el presidente mencionó el fondo para periodistas invitó a los reporteros a conocer su departamento en Palacio Nacional y ahí (o en la mañanera) se refirió con admiración a periodistas como Carlos Monsivais, Julio Scherer Garcia, Hugo Gutiérrez Vega, Rodolfo F. Peña y Jaime Avilés (todos ellos fallecidos y a quienes tuve el orgullo de conocer personalmente). Pero sobre todo a Daniel Cabrera, fundador de El Hijo del Ahuizote, cuyo nombre fue puesto a una sala.
Dice el filósofo del metro: no es lo mismo el fondo del periodismo que un fondo para el periodismo.