Por Alejandro Ortiz

Continuarán los diálogos entre la iglesia y los dirigentes de los grupos fácticos para lograr la pacificación de zonas

El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández reconoció que los párrocos de la iglesia católica en el poblado de Chichihualco, municipio de Leonardo Bravo, y en Chilpancingo, continúan con las labores para buscar la pacificación de sus respectivas zonas, esto luego de la jornada de violencia en la última semana.

En entrevista luego de la misa dominical en la catedral de Chilapa de Álvarez, el prelado católico indicó que es necesario continuar los diálogos con los grupos fácticos que operan en la entidad, para evitar sucesos como los ocurridos esta semana, por los enfrentamientos en Chichihualco y violencia al transporte público en Chilpancingo.

“Hay personas que son los dirigentes de estas manifestaciones. Tenemos que dialogar, buscarlos y nosotros no estamos capacitados, ni estamos acostumbrados, pero la iglesia de Chilpancingo-Chilapa va a aprender a buscar a las personas y decirles que busquen otras maneras y no estas”.

“Ocupamos seguir dialogando con más autoridades que tienen recursos, personal, que tienen la obligación de buscar la paz, de los tres niveles de gobierno que son los que deben de cuidar al país y a los ciudadanos, hay que decirles que desempeñan sus funciones porque no las ejercen como quisiera la sociedad”.

Monseñor José de Jesús González reveló que los párrocos de iglesias en Chichihualco y Chilpancingo, son quienes actualmente buscan el acercamiento para continuar la pacificación; en el caso de Chichihualco indicó que no han sido suspendidos los servicios religiosos e incluso hay un llamado de la iglesia “para que no se asusten con las armas porque eso enferma”.

“Necesitamos buscar a los líderes y manifestarles nuestras propuestas que tenemos de paz”, indicó el obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa y recordó que ha sido la iglesia la intermediaria en ocasiones anteriores para frenar la escalada de violencia.

Finalmente convocó a los padres de familia de aquel poblado (Chichihualco), así como maestros y directores, para animarse y reiniciar actividades en las escuelas, las cuales están suspendidas de forma presencial por las últimas balaceras.

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