Enrique Silva M 

Más de uno se ha preguntado por qué o en en que momento Acapulco dejó de ser atractivo para el turismo de mayor poder adquisitivo o incluso para el turismo internacional, nos seguimos conformando con recordar historias de aquel Acapulco del glamour, de la presencia del jet-set, de las grandes discotecas, de vuelos internacionales, de la llegada de cruceros como visa cotidiana, de las generosas propinas, del show de esquíes, de música en vivo en hoteles o pianos bar, de la presencia de artistas, de deportistas y empresarios más connotados que veían en Acapulco al mejor destino para vacacionar y divertirse.

Recordamos con nostalgia o nos cuentan de muestras y festivales internacionales, de conciertos, de eventos de gran nivel, de alfombras rojas, incluso de tianguis turísticos realmente atractivo para los ojos del mundo…y nos seguimos preguntando ¿en qué momento se dejó ir o perder todo eso?

No hay que buscar mucho, tan solo hay que recordar cuando comenzaron a permitir que la Costera -avenida eminentemente turistica- se convirtiera en vía de circulación de todo tipo de transporte público, recordar cómo de tener a los mejores restaurantes, discotecas y accesos a playas, se comenzaron a permitir instalar taquerías, loncherías, bares de ínfima calidad, etc. con mesas y sillas de plástico de cerveceras y refresqueras, se tuvo el desacierto de construir oficinas de gobierno como es el llamado «edificio inteligente» y recientemente tiendas de telas, farmacias y tiendas departamentales (ni siquiera plazas comerciales)… así pues como aspirar a vivir buenos tiempos o recuperar ese turismo de mayor poder adquisitivo, no creo aspiren llegar a un sitio dónde la oferta sea una taquería con mobiliario de plástico en la banqueta, dónde sean atrapados por una manifestación, marcha o bloqueo, dónde una terminal marítima en ruinas los reciba y además cobre excesivamente caro, dónde los policías locales están al acecho del visitante, dónde lugareños se adueñan de áreas públicas de estacionamiento y si no les das dinero te dañan el vehículo o te dan el cristalazo, dónde el taxi en pésimas condiciones te cobra tarifas de auto de lujo, dónde accesos a playa son sucios, apestosos a orines y llenos de basura y mobiliario viejo o donde el nuevo atractivo sean tiendas que venden en abonos o telas o farmacias.

 Si nos seguimos preguntando por qué ya no llega turismo de más poder adquisitivo solo hay que asomarnos a la franja turística y ver nuestra triste realidad, la oferta turística casi se extinguió y no podemos apostarle sólo a las playas que por cierto tampoco están de lo mejor cuidadas y dónde los abusos persisten por el uso de mobiliario a precios injustificables.

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