Otra vez con la retahíla del ataque a nuestra soberanía. Otra vez a echar a andar a la base dura del morenismo. Otra vez las granjas de bots a todo lo que dan, y los tuiteros y propagandistas del oficialismo, a repetir las líneas que se les imponen, o a decir lo que su pagado albedrío les obliga a decir, en una campaña electoral para el ´24, que comenzó desde el ´18 sino es que antes.

Y nos estampan entonces discursos y frases nacionalistas, como si estuviéramos ante un inminente ataque por parte de los EEUU. Como si los misiles norteamericanos ya estuvieran apuntando hacia México y en nuestros mares territoriales anduvieran rondando sus acorazados y portaviones. Finalmente, ese es el mensaje que le quieren dar a sus bases, a su voto duro. Saben perfectamente que las cosas no están así

Y surgen frases hinchadas de fervor nacional: “No permitiremos la intervención”. “No somos Colonia”. “Somos un país soberano, libre e independiente”. “No somos iguales”, “no somos injerencistas”. En fin, una serie de bravatas contra J. Biden y algunos senadores republicanos, con la máxima aquella de “llamaremos a los mexicanos que viven en los EEUU, para que no voten por ese partido”, y de ser necesario recurriremos a la ONU. Si, esa misma ONU de la que ha dicho que no sirve para nada. ¿Así o más injerencista el Presidente que no es injerencista, y sus seguidores? Y aquí aprovecho para enviarle un cordial saludo al hermano país del Perú.

“No permitiremos una invasión”. Perdón, ¿de qué estamos hablando? Que estupidez. Es como si Selenzky hubiera dicho: -Perdón Vladimir, pero eso de tu invasión no va a poder ser porque no lo permito. Asunto arreglado, y como no lo permitió, pues Rusia no hubiera podido invadir a Ucrania.

Es qué de querer hacerlo, no van a pedir permiso, y “al no se los vamos a permitir”, responderán con una carcajada de la estatua de la libertad, aquella que quiso desaparecer, y luego se lo pasarán por el arco del triunfo en París, hasta que nos enteremos cuando ya se encuentren dentro de nuestro territorio.

Esto desde luego que es una falacia, para hacer creer que son los primeros que pondrán el pecho para defender nuestra tierra, al sonoro rugir del cañón, cuando lo cierto es que en ese improbabilísimo caso, chairos, fifis, clasistas, delincuentes de cuello blanco, racistas, morenistas, priistas, panistas, abstencionistas y demás, somos los que al ritmo del “más si osare…” sin duda pondríamos el pecho y el corazón para demostrarle a nuestra Patria querida, “…que el cielo, un soldado en cada hijo te dio”.

Y las falsedades continúan sin pudor: “En México no se produce ni se consume Fentanilo”. “El problema es suyo, que ellos lo resuelvan”. ¿Cómo? ¿No está enterado? ¿No sabe que por nuestras aduanas entran toneladas de precursores del fentanilo, y que la maldita droga se fabrica en los cientos de laboratorios que se ubican dentro de nuestra geografía? ¿Qué alguien le cuente por favor? Es urgente.

¿No sabe que de esos laboratorios salen toneladas de fentanilo que se trafican a los EEUU diariamente? ¿No sabe que por miles de puntos de nuestra frontera en común, pasan toneladas de diversas drogas a los EEUU? Claro que tienen razón en reclamar y en exigir.

Pero México también tiene grandes razones para reclamar y exigir, luego entonces es un problema mutuo, y el primer paso para solucionar un problema, es reconocerlo, no negarlo. Aquí se produce, se consume y se distribuye al mayoreo a los EEU, allá llega, se distribuye al menudeo y se consume en grandes cantidades. ¿De quién es el problema? No es de uno, sino de ambos países, entonces son ambos países los que tienen que colaborar para resolverlo.

El colmo fue el secuestro de los cuatro norteamericanos en Matamoros, y qué en plena tensión, hasta con recompensa de 50,000 dólares, les hayan asesinado a dos de ellos. La declaración como algo “inaceptable” de J. Biden, provocó que los ánimos se encendieran, y el sugerido: “hey USA conmigo no te metas” o llamaré a nuestros mexicanos a que no voten por su partido, Dan Crenshaw le respondió al Presidente: “Venga, hágalo, que risa. Usted debería hacer una campaña contra los cárteles que están asesinando a su propia gente, no a los estadounidenses que quieren erradicarlos”.

Claro que es Inaceptable, como inaceptable los más de 143,000 homicidios dolosos que se han sucedido en este sexenio.

Los Norteamericanos no son ningunas peras en dulce, lo sabemos. Tienen elecciones federales también en el ´24, y claro que tienen sus propias razones electoreras para sembrar su propio nacionalismo para procurar ganar votos. Pero incluso en los mensajes más “agresivos” que han dado, están pidiendo y ofreciendo colaboración. Lo dijo Biden a través de la vocera de la Casa Blanca, como respuesta a dos integrantes de la Cámara de Representantes: “Se descarta nombrar como terroristas a los cárteles mexicanos”.

No hay tal pues, a ambos países por razones políticas, sociales, de salud, comerciales y de propia vecindad, les conviene llevar la fiesta en paz, por una parte, a los Norteamericanos bajarle dos rayas a amenazas veladas que saben que no cumplirán, y a México, bajarle 4 rayas a bravatas y nacionalismos anacrónicos, en los que bien sabemos llevamos todas las de perder.

Son momentos de cordura y prudencia, de la diplomacia que no hemos visto hasta ahora. Aquí no se trata de la amenaza de despertar al tigre, se tata de no despertar al León que tenemos aquí arriba del río Bravo.

Les abrazo.