El excandidato de la coalición PRI-PRD a la gubernatura, Mario Moreno Arcos podría no registrarse como contendiente por la dirigencia estatal priista, dado que el método de Asamblea de Consejeros que estipula la Convocatoria emitida por el líder nacional, Alejandro Moreno, favorece al grupo del exgobernador Héctor Astudillo Flores, quien, al tratar de imponer a Alejandro Bravo Abarca y controlar el reparto de candidaturas sólo para sus incondicionales, estaría provocando una honda división en el priismo de Guerrero, debilitando aún más a ese partido.

Como todo el mundo sabe, la gran mayoría de los consejeros del PRI fueron designados a dedazo por Astudillo semanas antes de dejar el poder, por lo que en la más reciente reunión del Consejo Político estatal, logró hacer que se impusiera el método de Asamblea de Consejeros para “elegir” al próximo dirigente estatal priista, con lo que puso a Bravo Abarca a hacer “campaña” mediante reuniones con consejeros en diversas partes de la entidad, aceitando así, con dinero y promesas, la maquinaria que puede llevar al exfuncionario astudillista a la presidencia del CDE, y con ello mantener inmovilizada a la militancia tricolor.

Una inmovilidad que favorece a MORENA no sólo electoralmente, sino que le quita todo tufo de oposición a un PRI cuyos jerarcas negociaron TODO con tal de no ser molestados con investigaciones judiciales luego de entregar el poder, por lo que en el horizonte del 2024 se avisora otra derrota negociada.

Ante esa evidencia, una gran cantidad de priistas se han manifestado en contra del albazo de Astudillo y han expresado su apoyo al excandidato a la gubernatura, Mario Moreno Arcos, quien tiene toda la autoridad política y moral para dirigir al PRI Guerrero, toda vez que a pesar de la derrota en la elección de junio pasado -ante Morena y ante los traidores que operaron en contra-, obtuvo la más alta votación que haya obtenido históricamente un candidato tricolor.

De manera que es ese apoyo de los priistas y el que ganó entre la sociedad civil, el argumento más contundente para que Moreno Arcos fuera nombrado presidente de su partido. Pero más allá de sus méritos y de su proyecto de movilizar al PRI para que se mantenga como alternativa política y de apoyo a la ciudadanía, lo que hay es una lista de consejeros maiceados y bajo las órdenes de Astudillo, que votarán por el delfín del exgobernador. Porque la Convocatoria oficial no establece una renovación del consejo estatal priista. He ahí la otra trampa…

La reacción de Mario, prudente pero aguerrida…

Luego de darse a conocer la Convocatoria para renovar a la dirigencia estatal del PRI, Mario Moreno Arcos fijó su postura con una dura –aunque velada- crítica hacia la manera en que está siendo dirigido ese partido desde hace varios, haciendo un llamado a forjar un nuevo proyecto de partido: “el PRI debe convertirse en un partido más aguerrido que no tema alzar la voz para defender lo justo. Priístas o sociedad civil aún creen que nuestro partido es una buena opción, pero necesitan saber que van a encontrar una respuesta. Aún estamos a tiempo”.

Y levantó la voz: “basta ya de pasividad, de aceptar situaciones con las que no estamos de acuerdo, de acallar nuestra voz o disculparnos para evitar problemas. Debemos al contrario, asumirnos como una oposición responsable y seria que haga el contrapeso necesario para equilibrar el poder público”.

Pero para ello, debe haber autocrítica, “el PRI necesita regresar a su origen volviendo a la gente, buscando un diálogo directo y aceptando las críticas. Debe empezar por casa escuchando a su militancia y abriendo más canales de participación permanente y no solo cuando se necesita de su voto”.

Mario reivindicó los más de 600 mil votos que obtuvo en la elección, pues el trabajo realizado “nos permitió remontar contra todo pronóstico ubicándonos muy cerca del triunfo. No podemos darnos el lujo de dilapidar ese capital político y por ello ya es tiempo de reanudar el camino para aterrizar un nuevo proyecto de partido acorde a la realidad y necesidades sociales actuales”.

Fustigó “el estancamiento que ahora vivimos” en el PRI, para impedir que todo lo ganado en votos y apoyo ciudadano se pierda por una conducción errada de su partido.

Sin embargo, ante las trampas tendidas por el grupo de Astudillo que la Convocatoria oficial apoya tácitamente, Mario Moreno llamó a sus seguidores a expresar su opinión sobre si conviene o no que se registre el 4 de abril para contender por la dirigencia estatal en los términos de esa Convocatoria. Con lo que en el fondo está llamando a una toma de conciencia sobre la forma en que la democracia interna está siendo falseada en el PRI, y cómo la simulación está suplantando la voluntad de los verdaderos militantes.

Con lo que la polémica está servida y puede convertirse en el germen de una rebelión que divida internamente al PRI, desconociendo la “elección” astudillista de dirigentes y rebelándose contra un espurio Alejandro Bravo cuyo mérito es haberse enriquecido más en los pasados seis años.

O dicho de otra manera, lo que se ve es la posible partición del PRI en dos: una fracción domesticada al servicio de MORENA; y otra aguerrida, crítica, vital y alejada de los cacicazgos, con voluntad de representar las causas ciudadanas en el 2024…