“Nosotros los pobres” y “Ustedes los ricos”, son peliculas famosas de Pedro Infante. “Los de Arriba y los de abajo”, es una película que todos los que vivimos en México interpretamos día a día.
El reparto de esta película es por un lado la élite económica de nuestro país y por el otro, algo más del sesenta por ciento de mexicanos pobres. Todos somos México, este México tan único y especial, tan hermoso y tan lleno de contrastes, con miles de claroscuros, tan beneficiado por la naturaleza, a veces muy golpeado por ella misma, y con miles de cicatrices por toda su geografía. ¿Cuántas cicatrices en nuestro Guerrero? Cicatrices que no le quiero borrar en lo absoluto, porque en ellas está el reto, el reto de todos los Guerrerenses y de los mexicanos que le deben tanta gloria a nuestra entidad, y si hubiera dudas me remito a la historia.
No le quiero borrar ninguna de sus cicatrices porque la mayoría están ya cerradas por el paso de muchas décadas, sin embargo, tiene algunas que no podemos olvidar y las que tiene abiertas definitivamente que deben ocuparnos, porque si no nos ocuparan no lo querríamos.
No podemos obviar que el futuro nos observa y nos espera, ¿Cómo haremos para llegar con buena cara, bien aliñados, limpios y sin raspaduras? ¿Cómo haremos para cambiar este pérfido destino que al parecer nos ata a una especie de película que ya todos vimos y que no queremos volver a ver, por mala?
Hoy critican mucho al Presidente, dicen en lo general que se debe a resultados pobres o hasta nulos. Los de arriba, la élite económica y la oposición política, no logran comprender como es que el partido de un Presidente tan criticado es hoy por hoy la carta más sólida para las próximas elecciones del 2024. Yo me encuentro con una serie de interpretaciones erróneas de ese uno por ciento de super ricos y de la clase media alta de nuestra sociedad, para con la realidad de los de abajo, lo que desde mi óptica particular debiera ser el punto de partida.
Veo, solo por mencionar una interpretación, una determinada predisposición en sus líderes de opinión, en sus intelectuales etc., a creer que sus opiniones, las que no dejan de ser las ideas de una minoría pudiente y con buena educación, son verdades rotundas e inequívocas, sin considerar que aquello que creen como indiscutible, nace de la visión de privilegiados, demeritando con sus opiniones a un personaje, el Presidente, que finalmente ha sido un gran interlocutor de los de abajo.
Si nos vamos para atrás en la historia, veremos que nuestra Independencia nace de la llamada clase criolla, la que era racista, y la Revolución es ganada por la élite del norte, muy en contra de la distribución de la tierra. Ahí dos grandes hitos históricos que nos muestran que finalmente tanto una como la otra, terminaron siendo enroques de poder entre determinadas élites o grupos, pero en los que los de abajo no contaron demasiado que digamos, es decir que abajo se quedaron.
Por el contrario, los de arriba perciben el colapso de México cuando los privilegios a los que están acostumbrados disminuyen, cuando ven a un gobierno que no gobierna para ellos o que no “los consideran” para la elaboración de las políticas públicas, es decir, no se permiten ponerse en la piel de los de abajo.
Ahora bien, esto permite el espacio para liderazgos frescos, nuevos y distintos. Los de arriba deben darse a la tarea de entender de una vez por todas, que la innegable popularidad del Presidente se debe sin duda a que ha sabido recoger y entender las voces de los de abajo, ofreciendo finalmente un diagnóstico más que verdadero, que no es elitista y que si tiene mucho de sentido común, así de sencillo, o sea, México es pobre gracias a que históricamente la política ha venido favoreciendo a los que más tienen.
En vez de criticar y negar esta realidad, los que se oponen deberían sumarse a este conocimiento y a esta innegable situación en la que México ha venido viviendo tanta desigualdad por muchas dolorosas décadas. El cambio de mentalidad debe ser radical, de manera que se observen, se desarrollen y se apliquen, políticas públicas que realmente sean posibles a nuestra actualidad para que el país y su gobierno funcione para todos. Insisto, para todos.
Definitivamente no es momento para que los de arriba ganen más, no lo necesitan, los de arriba y las grandes mentes de nuestro país debieran dedicarse a crear un México más justo para los de abajo, ellos si que lo necesitan.
Es momento que la oposición atienda ambiciosa y sinceramente las demandas de los de abajo, retomar y reflexionar lo que consideran como populismo del Presidente y actuar en consecuencia, finalmente son grandes verdades y debieran quitarse la venda de los ojos que les impide verlas, sin duda que eso sería la mejor de sus rutas.
Los Guerrerenses debemos estar preparados, conscientes de nuestra pobreza histórica, aplaudiendo y reconociendo los esfuerzos y los avances que hemos tenido y hermanarnos con acciones que lo demuestren más allá de discursos vacíos de propuestas y de los “comos”. Guerrero merece más, y no olvidemos que siendo de izquierdas o de derechas, y que estemos en el grupo de los de arriba o de los de abajo, el futuro va a suceder estemos listos… o no.
Les abrazo.
Siempre atento a sus opiniones y comentarios en: FB: Oscar Athie. Twitter: @oscarathie