Enfoque Informativo

La refinería de Dos Bocas todavía no produce gasolina, pero ya ha sido inaugurada. Tres años después del inicio de las obras, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha viajado este viernes al municipio de Paraíso, en Tabasco, para cortar el listón a uno de sus proyectos estrella, y hacer una defensa cerrada de su política energética nacionalista.

Con la nueva refinería, la primera en más de cuatro décadas, el Gobierno persigue dejar de importar gasolina. “Nos estamos preparando para ser autosuficientes y dedicar esos combustibles al mercado interno”, ha declarado, entre aplausos. “Es un gran viraje”.

En Tabasco, el Estado petrolero por excelencia, López Obrador ha cargado contra el “periodo neoliberal”, las Administraciones que abrieron el sector energético a la inversión privada. “Se apostó a vender petróleo y comprar en el extranjero. Los gobernantes buscaban destruir la industria petrolera nacional. Dejaron en estado lamentable las seis refinerías”, ha dicho desde un templete, levantado frente a la torre de desfogue de 182 metros, el punto más alto de la refinería. El Gobierno, ha asegurado el mandatario, ha logrado duplicar el volumen de barriles procesados. En materia eléctrica, López Obrador ha criticado el rechazo de la reforma constitucional que buscaba limitar la inversión privada en el sector, al tildar de “antipatriotas” a legisladores, jueces y ministros de la Suprema Corte.

La planta tiene previsto procesar 340.000 barriles diarios de petróleo, una quinta parte de la producción de Pemex, y generar 170.000 barriles de gasolina. Todavía falta interconectar las diferentes plantas e iniciar un periodo de pruebas que se puede demorar entre seis y nueve meses. Sin embargo, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, ha descrito en tono épico el proceso de construcción: 23.000 kilómetros de cable, 3.729 kilómetros de tubería, cuatro torres de enfriamiento, una torre de desfogue… “La refinería cuenta con la más moderna tecnología del mundo”, ha dicho Nahle. “Ha despertado el sentir nacionalista”.

La política energética del Gobierno ha sido criticada por ir contra los esfuerzos de combate al cambio climático. En lugar de apostar por las energías renovables y los autos eléctricos, México inaugura refinerías. De hecho, en los tres primeros años de López Obrador, Pemex ha duplicado sus emisiones contaminantes. El mandatario ha defendido su elección, al sostener que las gasolinas se seguirán necesitando: “No hicimos caso al canto de sirenas que pronosticaba el fin de la era del petróleo y la llegada masiva de autos eléctricos y de las energías renovables”, ha dicho. “Para llegar a eso todavía falta tiempo”.

El acto ha reunido a la plana mayor del Ejecutivo y a empresarios como Carlos Slim. El secretario de Gobernación y mano derecha de López Obrador ha sido recibido en el municipio de Paraíso con mantas de “Adán Augusto va” colgadas de un puente peatonal, en referencia a la sucesión presidencial. La jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, otra aspirante a la sucesión, estaba sentada junto a Adán Augusto López en el presidium.

Decenas de curiosos se han acercado a las entradas de la refinería para ver llegar al presidente, oriundo de Tabasco. Entre el gentío, se distinguían mantas con llamados a una mayor democracia sindical en Pemex. Los movimientos de petroleros críticos con la actual diligencia del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana no han querido perder la ocasión para denunciar la corrupción en el gremio.

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