Por: Fernando Hinterholzer Diestel
Está plenamente comprobado que el cambio climático es la amenaza a nuestro planeta Tierra (nuestro hogar) más progresiva y letal causada por la propia humanidad en los últimos 200 años y no se necesita ser un experto ambientalista para dar cuenta de ello. Este año hemos observado en nuestro país y en todo el mundo de una serie de fatales acontecimientos climáticos muy graves que incluyen sequías, calor extremo, incendios forestales hasta inundaciones apocalípticas (Tula, Baja California, Chiapas). Estos eventos que lo mismo pasaron intensamente en países desarrollados, así como en los países pobres y menos desarrollados. Los expertos en el clima advierten que de aquí al año 2030, si las emisiones mundiales de “gases de efecto invernadero (GEI)” no se reducen drásticamente, y se neutralice el carbono emitido a la atmosfera, para el 2050, el planeta entrará en una fase de la cual no tendría regreso y volverse inhabitable, esa es la gravedad del cambio climático, que trae consigo al mismísimo futuro de la humanidad. Esta es la verdadera importancia de la reunión COP26 de Glasgow organizada por Reino Unido e Italia, que se llevara a cabo en unos días más, y a la que se le considera como la última oportunidad para que los jefes de Estado a nivel mundial y las grandes empresas mundiales comiencen a cumplir los ofrecimientos para cumplir los compromisos climáticos plasmados en el “Acuerdo de París” para detener el calentamiento a 1.5 grados Celsius.
El futuro del clima y de la subsistencia humana, y no es son premoniciones extremas, depende de los arreglos políticos y de la buena voluntad y sapiencia que se negocien en los próximos doce días durante el encuentro mundial en Escocia, ya que los cambios climáticos ocurridos en años recientes no habían dado en cientos de años. Por eso es de primordial importancia proteger el clima mundial, a los seres humanos y a la biodiversidad de nuestro planeta. Mucha expectativa se creó a raíz de la Conferencia de Paris del 2015 (COP21), cuando los más de 190 países firmaron el Acuerdo, cuyo principal meta objetivo era la de disminuir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero y de esa manera disminuir el calentamiento global en por lo menos 1.5 grados, lamentablemente eso no sucedió a seis años de la firma, gracias al “desdén y valemadrismo” capitalista de los grandes países industrializados y sus empresas. México está calificado por sus indicadores como un país con índices “altamente insuficientes”, y ahora con la “gran reforma energética” propuesta por el gobierno de la 4T, apostando todo a los combustibles óseos como el petróleo, sumamente contaminante, jamás lograremos cumplir con los compromisos contraídos ante la Conferencia de Paris, y no somos los únicos. El último informe de revisión sobre el estado de cumplimiento de los países firmantes del Acuerdo, que acaba de conocerse el pasado mes de septiembre ofreció datos sumamente preocupantes: de 191 países en total “existe un aumento importante de 16% en las emisiones globales de GEI en 2030 en comparación con 2010”. La preocupante conclusión de esto es que el mundo va a rebasar los 1.5 grados para el año 2030 y llegaría a un calentamiento de 2.7 grados para finales de siglo, lo cual implica desastres masivos a nivel climático en el mundo. Es alentador que 70 naciones cumplan con sus compromisos de cero emisiones efectivas para el 2050, pero no es suficiente. Porque hay muchas otras —de las que más contaminan— que ofrecieron alcanzar la neutralidad de carbono en 2060: China y Rusia y los Estados Unidos. Los expertos y activistas del cambio climático esperan que en la COP26 en Glasgow se llegue al compromiso para proteger y restaurar los hábitats naturales y lograr que el financiamiento climático para que los países desarrollados como EU, la Unión Europea y Japón otorguen los recursos para que las naciones en desarrollo, las que menos han contribuido al calentamiento, logren adaptarse a las fatalidades del clima. La meta para lograr es evitar que la temperatura rebase los 1.5 grados Celsius depende esencialmente de la voluntad política y económica de los estados miembros de la COP, pero ese compromiso que deben asumir también las sociedades y las empresas. Las naciones mostrarán sus planes y aspiran a ofrecer un esquema para que los países ricos asistan económica y tecnológicamente a los pobres. Los gobiernos del mundo esperan que los estados unidos retomen el liderazgo mundial perdido durante el gobierno de Trump, hoy en día el presidente Biden personalmente presidirá a la delegación norteamericana. Los norteamericanos traen con una agenda impetuosa que garantiza disminuir las emisiones de carbono en más del 50 por ciento para 2030, y lograr las cero emisiones en la producción de electricidad para el 2050. Estos convenios necesitan forzosamente de un esfuerzo político enorme en diferentes áreas del gobierno, y por supuesto requiere de un gran respaldo económico y social para la inversión, la fuerza laboral y los hábitos de consumo.
Existen estudios muy serios de la ONU, el Banco Mundial y otros entes internacionales, que indican que en los próximos 25 años habrían en el mundo, enormes migraciones de de personas, esto debido al cambio climático en regiones como América Latina, el sur de Asia y África del norte, esto provocado por aumentos de temperatura nunca vistos, por sequías, por aumento en la intensidad de tormentas y huracanes, y sus consecuencias económicas y sociales alcanzarían a varias regiones del planeta, creando inestabilidad política y violencia social. Hay análisis e información fidedigna que señalan a los países de Centroamérica y algunos del caribe (Cuba y Haití) como de los más golpeados en América Latina, y su población seguirá migrando rumbo al norte, tal y como lo tenemos hoy en día. El gobierno americano conoce perfectamente los caminos y proyectos para tratar de detener, de entrada, el cambio climático, sus efectos y, por último, el de los viajes y migraciones masivas. Los retos de la COP26 son enormes para continuidad y florecimiento de la raza humana sobre la tierra, el cumplimiento de los acuerdos depende de la voluntad política y de la generosidad de las empresas trasnacionales que siempre buscan ganar-ganar, aun a costa del calentamiento global, tal parece que se sienten todopoderosas e intocables. Los países desarrollados deberán imponer un férreo control sobre ellas e imponer castigos ejemplares a quien no cumpla cabalmente con los compromisos y reglas para disminuir el calentamiento global y sus consecuencias en el mundo.
Fuentes: Banco Mundial, ONU, COP25 Paris
ES CUANTO
ADENDDUM: muy poca sensibilidad y empatía hacia las mujeres indígenas de Guerrero mostro el presidente López Obrador con su declaración tan desafortunada sobre la venta de mujeres y niñas en la región de la Montaña disfrazada como matrimonios forzados (en municipios Metlatonoc y Cochoapa el Grande), dicha práctica que han sufrido ocho de cada diez mujeres en la región, “una práctica brutal que al ser minimizada por la declaración presidencial adquiere legitimidad para quienes la ejercen y practican a costa de los derechos más elementales de las niñas y mujeres”.