Oscar Athié

Los términos Izquierda y Derecha son meras etiquetas del argot político para establecer las diferencias en las que ambas se sustentan, las que los ciudadanos empleamos para de una u otra manera ubicarnos en el plano político de nuestras preferencias partidistas o electorales, sin embargo, desde los tiempos en que se acuñaron estos términos con el objeto de identificar a sus respectivas corrientes políticas, lo cierto es que son tiempos añejos, que tanto la derecha como la izquierda han sufrido una serie de evoluciones, y actualmente esa bipolaridad de ideologías vive definitivamente un más allá de sus conceptos originales.

La generalidad de sus enfrentamiento conceptuales las conocemos todos, hablamos de mecanismos, vs organismos, planificación centralizada vs iniciativa privada, igualdad vs libertad, desde luego que ambas con sus extremos respectivos como lo son el socialismo y el capitalismo. Ahora que, moralmente cuentan también con sus vicios muy característicos, por ejemplo, la envidia, un típico vicio de la izquierda, teniendo al egoísmo como el típico de la derecha. La envidia de la izquierda propone la aniquilación o destrucción de aquellos bienes repartidos con desigualdad, teniendo en la otra cara de la moneda, al egoísmo de la derecha, en la que los ricos tratan con desprecio a los pobres, calificándolos de vagos y flojos, ocasionando con esto esa dolorosa brecha entre ricos y pobres, lo que termina siendo un sello característico principalmente de países de nuestro continente.

Al hablar de la evolución de estas dos corrientes, bastaría recordar que posturas que anteriormente eran de izquierda, hoy son de derecha y viceversa. La izquierda en el siglo XIX, recalcitrantemente se oponía al Estado lo que hoy defiende a ultranza, y si hoy escuchamos voces contrarias al Estado, proponiendo el recorte de sus atribuciones, son voces de derecha, ¿enroque de posturas o evolución?

Al marxismo revolucionario, lo recordamos como partidario de la violencia para derribar a los gobiernos capitalistas erigiendo la dictadura del proletariado, lo que luego derivó en la socialdemocracia, así, en la medida en la que el voto fue convirtiéndose en universal, ya se pudo hacer a un lado la violencia adaptándose a las reglas de la democracia, se daba por descontado que las grandes cantidades del sector obrero darían, como dieron, los triunfos electorales, sin embargo, y lo que desde su conceptualización no se observó, fue que aquellos mismos obreros y proletarios, al ir progresando desde ese sistema tanto social como económicamente, terminarían por “aburguesarse” tomando posturas conservadoras.

Incluso, también han evolucionado los propios electores con intercambio de posturas, en el pasado siglo sectores más “dinámicos y progresistas” se iban por la izquierda, eran los jóvenes, los hombres y habitantes de ciudades, siendo que el voto más tradicional y conservador se iba por la derecha, esto es, las mujeres, los mayores y la gente del campo, resultando que hoy esta ecuación es totalmente al revés, por la izquierda van muchas mujeres, los adultos mayores y la gente del campo, mientras que  varones, jóvenes y habitantes de ciudades tienden mucho más por la derecha. Otra vez el enroque o la evolución.

Al final, me pregunto: ¿dónde queda el sentido común? ¿dónde el natural afán de estar bien o lo mejor posible con nuestros seres queridos? Creo que en ambas posturas hay un gran sesgo de hipocrecía, en otros casos moda y hasta esnobismo, conozco izquierdistas de cepa que bien que desean y tienen lujos y extravagancias, así como a muy ricos que se disfrazan de jeans, barba y les encanta el discurso de la igualdad sin llevarlo a la práctica.

Pero, a ver: ¿Se trata de izquierda o de derecha? O ¿trata de sentido común?, hagamos un pequeño ejercicio: tomemos una hoja de papel en blanco y enlistemos a la izquierda del papel a cuatro países, pongamos a Cuba, Venezuela, Nicaragua y a Corea del norte, y en la lista de la derecha, pongamos e EEUU, Dinamarca, Holanda y Canadá. Ahora preguntémonos: ¿Si tuvieras que hacerte una cirugía de corazón, en que país te gustaría que te operaran?, ¿si tuvieras dinero que guardar, en que país lo guardarías?, ¿si pudieras enviar a tu hijo a estudiar a que país lo enviarías?, ¿en que país te sentirías más seguro si tuvieras que salir de casa urgentemente por la noche?, y por última pregunta: ¿de que países la gente suele huir? En lo personal, mi sentido común me llevaría a responder a las primeras cuatro preguntas señalando a los países anotados en la lista de la derecha y la última, señalando a los cuatro países de la izquierda. No, no antepondría mi ideología personal a lo que me dictara mi sentido común, por muy de izquierda (moderado) que en lo personal pudiera catalogarme personalmente, y estoy cierto de que una gran mayoría respondería como yo, claro nunca faltan los radicales y los fanáticos (de cualquier corriente política), que ponen primero a su ideología que a su bienestar personal y el de su familia. Por supuesto que algunos afirmarán: el bien común es superior al individual, si, estoy de acuerdo, pero eso que lo diga individualmente cada miembro de esa comunidad, no su líder, que si me apuran, hasta creo saber lo que va a responder ese líder en solitario.

¿Que responderían obreros de Tegucijalpa, Managua, La Habana o de Caracas, si les ofrecieran trabajo para vivir en San Diego, Copenhage, Amsterdam o Montreal? Creo que van a responder primeramente con Sentido Común y que no estarían equivocados.

Por cierto, Usted estimado lector, ¿en que lista colocaría a México nuestro País? En la de la izquierda o en la de la derecha?

Les abrazo.

Siempre atento a sus opiniones y comentarios en: FB: Oscar Athie y Twitter: @oscarathie

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