Por Eduardo Flores Salado

Cada día más jóvenes se enlistan a bandas delincuenciales

Guerrero sigue ocupando el octavo lugar en violencia a nivel nacional, se ubica en la media nacional , aseguró el comandante de 27 zona militar, Martín Gerardo Franco Flores.

Explicó que la violencia se presenta por la pugna de las plazas y la venta de drogas.

Además que la delincuencia ha penetrado en el seno familiar lo que ha dificultado erradicar los índices de violencia en la entidad.

Agregó que durante operativos ha capturado a diversas bandas delincuenciales mismas que fueron puestas a disposiciones de las autoridades ministeriales tanto del fuero común como federal.

Por su parte el comandante de la novena región militar Ricardo Flores González aseguró que el estado de Guerrero se encuentra entre el séptimo y noveno lugar de violencia y asesinatos a nivel nacional además aseguró que en Acapulco se mantienen al menos 700 efectivos coadyuvando en los operativos de seguridad

En entrevista con medios de comunicación el jefe militar aseguró que están coadyuvando con las fuerzas civiles para el combate a la violencia en seguridad que se registra en el estado en especial en el puerto de Acapulco.

Dijo que las estadísticas a nivel nacional las maneja la federación pero enfatizó qué Guerrero ha llegado a estar hasta en el noveno lugar en violencia y asesinatos lo que quiere decir de qué están funcionando las estrategias de seguridad implementadas.

Sobre el reciente relevo de efectivos del ejército mexicano, el jefe militar detalló que se trata de mantener siempre con personal en el municipio de Acapulco para distribuirlos en las zonas de mayor demanda de presencia de militares.

Detalló que seguirán presentes con los recorridos que se tienen en las colonias de mayor demanda por los actos de delincuencia que se cometen pero enfatizó que es necesario que la ciudadanía denuncie los hechos y sobre todo les informe si conocen los lugares donde hay delincuentes.

El mando militar dijo que en conjunto con la mesa de coordinación de coordinación para la construcción de la paz llevan a cabo las estrategias de seguridad para mantener el orden en Acapulco.

En los últimos siete meses murieron asesinados 16 agentes de dependencias y órganos de seguridad y justicia en el estado mexicano de Guerrero. La víctima más reciente es el delegado de la Fiscalía General de la República en ese estado, Fernando García Fernández, que fue acribillado el pasado 12 de septiembre

Violencia histórica

A nivel nacional, Guerrero ocupa el séptimo lugar en número de homicidios, con 980 asesinatos en la primera mitad de 2023, según la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Esto equivale a un incremento del 20 por ciento, comparado al mismo periodo del año anterior.

La consolidación de cacicazgos regionales ligados a la política condujo a la marginación de gran parte del territorio, donde se apostó al turismo como la principal fuente de ingresos y desarrollo.

Para muchas zonas empobrecidas, el cultivo de amapola para producir goma de opio fue la única posibilidad de subsistencia, explica Quintero, y agrega que, por otro lado, se fortaleció una industria turística altamente permisiva ligada al consumo y la distribución de la droga, que ahora ha pasado a ser el espacio propicio para el lavado de dinero.

«El uso de la política como vehículo de control también ha permitido generar alianzas con grupos criminales».

Fragmentación de grupos criminales

Asimismo, en los últimos años, el paisaje criminal se ha caracterizado por una «severa fragmentación» e «inestabilidad», . Si bien el Estado mexicano logró decapitar mayores estructuras criminales, como los Beltrán Leyva, falló en la implementación de políticas holísticas a largo plazo.

«En vez de una estructura dominante, ha emergido un caleidoscopio de muchos actores pequeños y medianos, ninguno de los cuales ha tenido la fuerza necesaria para sojuzgar a la competencia. El resultado ha sido una conflictividad latente entre una población criminal armada de por lo menos veinte grupos».

De acuerdo con documentos de la Secretaría de la Defensa Nacional, filtrados, unos 16 grupos criminales operan en Guerrero, principal productor de goma de opio en el país, sustancia que se usa para la producción de heroína.

Otro factor que sigue causando altos niveles de violencia ha sido que, «frente a la inercia del Estado, se les ha permitido a los grupos diversificar su modus operandi hacia un modelo que, más allá de los negocios de la droga, cobra impuestos a una variedad de negocios originalmente legales». Actividades económicas, como la minería, la tala de bosques, la agricultura y el manejo del agua, se han visto afectadas por la extorsión.

Hasta ahora, la respuesta de la administración presidencial ha sido vender una imagen pública de mayor tranquilidad y paz: «Los grupos armados han podido aumentar su poder sobre los espacios que controlan, y no se ha logrado aplacar los niveles de conflictividad intergrupales».

Uno de los mayores problemas que siguen sin ser atendidos es la integración del crimen organizado con varios actores del Estado: «Las instituciones se distorsionan para servir a fines privados y criminales en vez de proteger al público», advierte.

Para el Estado el problema es policíaco, de armamento, de combate. Nunca se reconoce la profundidad del fenómeno, su vinculación con una violencia estructural, las desigualdades sociales y la forma en que se implementaron y accionaron las políticas sociales en esta parte de México».

«La violencia, sin duda, ha mermado la capacidad organizativa y la cultura de resistencia», dice la académica, que también menciona «nuevas formas de violencia que se están integrando a la realidad de los guerrerenses».

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